Tomás y la aventura estelar



Había una vez en un lejano planeta llamado Astrion, un niño llamado Tomás. Tomás era muy curioso y soñaba con viajar por el espacio y descubrir nuevos planetas.

Una noche, mientras dormía, sucedió algo mágico: su espíritu se separó de su cuerpo y comenzó a flotar hacia las estrellas. Al despertar, Tomás se dio cuenta de que estaba flotando en el espacio.

No podía creerlo, ¡estaba viviendo su sueño! Emocionado, comenzó a explorar los diferentes planetas que encontraba a su paso. En uno de esos planetas conoció a una pequeña extraterrestre llamada Luna. Luna tenía el poder de comunicarse con los animales del espacio y le enseñó a Tomás cómo hacerlo también.

Juntos exploraron planetas llenos de seres amigables y aprendieron sobre la importancia de cuidar el medio ambiente. Un día, mientras exploraban un planeta desconocido, Tomás escuchó unos ruidos extraños provenientes de una cueva cercana.

Decidieron investigar y descubrieron que dentro había un grupo de alienígenas tristes y asustados. "¿Qué les pasa?" -preguntó Tomás preocupado. "Estamos perdidos", respondió uno de ellos. "Nos hemos separado de nuestra nave espacial y no sabemos cómo regresar".

Tomás recordó lo mucho que deseaba ayudar a otros y decidió usar sus conocimientos para guiarlos hasta su nave espacial. Con la ayuda de Luna y los animales del espacio lograron encontrar el camino correcto. Cuando finalmente llegaron a la nave, los alienígenas estaban muy agradecidos.

Tomás se dio cuenta de que su aventura no solo había sido divertida, sino también educativa y valiosa para otros seres. "Gracias por salvarnos", dijo uno de los extraterrestres. "Eres un verdadero héroe espacial".

Tomás sonrió orgulloso y se despidió de sus nuevos amigos. Volvió a su cuerpo en Astrion con una gran lección aprendida: siempre hay oportunidades para ayudar a otros y hacer del mundo un lugar mejor, incluso en el espacio.

Desde aquel día, Tomás se convirtió en un viajero astral experto y usó sus habilidades para explorar el universo y ayudar a todos aquellos seres que necesitaran su guía.

Y así, el niño curioso cumplió su sueño de viajar por el espacio y convertirse en un verdadero héroe espacial.

FIN.

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