Tomás y la bicicleta segura


Había una vez en la ciudad de Buenos Aires un chico llamado Tomás, a quien le encantaba andar en su bicicleta por las calles sin respetar las normas de seguridad.

Nunca usaba casco ni luces, y muchas veces se saltaba los semáforos en rojo.

Un día, mientras pedaleaba sin preocupaciones por una avenida muy transitada, escuchó la voz de su amiga Sofía que le gritaba desde la vereda: "¡Tomás, ten cuidado! ¡Estás poniendo en peligro tu vida y la de los demás!". Pero él simplemente sonrió y siguió su camino a toda velocidad. De repente, al intentar cruzar una intersección sin mirar si venían autos, Tomás sintió un fuerte golpe y todo se volvió oscuro.

Cuando abrió los ojos, se encontraba en el hospital con varios raspones y un brazo vendado. Su bicicleta estaba destrozada. "¡Ay Tomás! ¿Qué te pasó?" -preguntó Sofía con lágrimas en los ojos.

"Creo que tuve un accidente" -respondió él avergonzado-. "No seguí las normas de seguridad y ahora estoy pagando las consecuencias". Los días pasaron y Tomás reflexionó mucho sobre lo ocurrido.

Se dio cuenta de lo irresponsable que había sido al no respetar las reglas de tránsito y poner en riesgo su vida y la de los demás. Decidió cambiar su actitud y prometió siempre usar casco, respetar las señales de tránsito y ser más consciente al andar en bicicleta.

Con el tiempo, Tomás se recuperó por completo y volvió a pedalear por las calles de Buenos Aires, pero esta vez lo hacía con responsabilidad y cuidando su seguridad en todo momento.

Sofía estaba feliz de verlo transformado y juntos disfrutaban de paseos seguros por la ciudad. La historia de Tomás sirvió como ejemplo para muchos niños que también solían ignorar las normas de seguridad vial. Aprendieron que es fundamental respetar las reglas para evitar accidentes graves e innecesarios.

Y así, gracias a esa experiencia dolorosa pero reveladora, Tomás comprendió la importancia de cuidarse a sí mismo y a los demás al transitar por las calles.

Y aunque aquel accidente fue un momento difícil en su vida, le permitió crecer como persona y convertirse en un verdadero ejemplo de prudencia para todos aquellos que lo rodeaban.

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