Tomás y la Democracia Unida
Había una vez un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, donde todos los habitantes vivían felices y en armonía. En ese lugar, la democracia era el sistema de gobierno que regía su sociedad.
En Villa Esperanza, cada año se celebraba una elección para elegir al Alcalde, quien sería el encargado de tomar decisiones importantes para el bienestar de todos. Los candidatos presentaban sus propuestas y los ciudadanos votaban por aquellos en quienes confiaban.
Un día, un niño llamado Tomás estaba muy emocionado porque iba a participar por primera vez en las elecciones como observador electoral. Aunque era solo un niño, sabía que la democracia era importante y quería aprender más sobre ella.
El día de las elecciones llegó y todo el pueblo se reunió en la plaza principal. Había mucha expectativa y emoción en el aire. Los candidatos habían hecho campañas intensas prometiendo mejoras para la educación, la salud y otros aspectos importantes para Villa Esperanza.
Tomás se encontraba junto a su abuelo Juanito, quien también había sido observador electoral cuando era joven. Ambos estaban ansiosos por presenciar este evento tan significativo. Al finalizar la jornada electoral, se procedió al conteo de votos.
Todos esperaban con entusiasmo conocer al nuevo Alcalde que guiaría a Villa Esperanza hacia un futuro próspero.
El resultado fue sorprendente: ¡Hubo un empate entre dos candidatos! La ley establecía que cuando esto ocurría debían realizarse nuevas elecciones con solo esos dos postulantes. La noticia causó revuelo en el pueblo. Muchos ciudadanos estaban desilusionados y preocupados por la incertidumbre que esto generaba. Sin embargo, Tomás decidió tomar acción.
El niño se acercó a los dos candidatos y les propuso una solución pacífica: "¿No podrían trabajar juntos en lugar de competir? Así podrían combinar sus ideas y lograr un gobierno más completo". Los candidatos se miraron sorprendidos, pero luego reflexionaron sobre las palabras de Tomás.
Ambos reconocieron que su objetivo principal era el bienestar de Villa Esperanza y aceptaron la propuesta del niño. Así fue como aquel empate en las elecciones se convirtió en una oportunidad para construir un gobierno basado en la colaboración y el diálogo.
Los dos candidatos trabajaron juntos para implementar las mejores ideas de cada uno y así mejorar la calidad de vida del pueblo. Villa Esperanza prosperó como nunca antes lo había hecho.
La educación se fortaleció, la salud mejoró notablemente y las decisiones importantes siempre eran tomadas con el consenso de todos los ciudadanos. La historia de Villa Esperanza resonó en otros pueblos cercanos, inspirando a muchas personas a adoptar también una democracia basada en la cooperación y el respeto mutuo.
Tomás, convertido ya en un adulto, recordaba con orgullo cómo su pequeña idea había cambiado para siempre la forma de hacer política en su comunidad.
Y así, gracias a un niño valiente y visionario, Villa Esperanza demostró al mundo que cuando todos trabajamos juntos por un objetivo común, ¡la democracia puede ser aún más fuerte!
FIN.