Tomás y la fuerza interior



Había una vez un niño llamado Tomás. Tomás era un niño muy especial, tenía mucha imaginación y siempre se preguntaba cómo podía hacer cosas nuevas y emocionantes.

Pero a veces, cuando se enfrentaba a nuevos desafíos, sentía dudas y miedo. Un día, mientras jugaba con sus amigos en el parque, vio un árbol enorme que parecía imposible de escalar. Todos sus amigos lo intentaron pero ninguno logró subir.

Tomás quería intentarlo también pero las dudas comenzaron a invadir su mente: "¿Y si me caigo? ¿Y si me lastimo?". Entonces decidió hablar con su papá sobre esto. "Papá, quiero subir ese árbol pero tengo miedo de caerme", dijo Tomás preocupado.

"Es normal tener miedo al principio hijo", respondió su papá tranquilamente. "Todos tenemos dudas en algún momento. Pero debes recordar que eres capaz de hacerlo". Tomás escuchó atentamente las palabras de su papá y decidió ponerlas en práctica.

Se miró a sí mismo en el espejo y comenzó a decirse cosas positivas: "Soy fuerte", "Soy valiente", "Puedo hacer cualquier cosa que me proponga". Con estas palabras en mente, Tomás volvió al parque decidido a subir el árbol gigante.

Y para sorpresa de todos sus amigos (y la propia), ¡logró llegar hasta la cima! Desde entonces, cada vez que Tomás se enfrentaba a una situación difícil o desconocida, recordaba las palabras de su papá y se auto hablaba para motivarse.

Se dio cuenta de que esto era como un super poder, una habilidad que enseñan en Harvard. Así, Tomás se convirtió en un niño más seguro y decidido, capaz de hacer cualquier cosa que se propusiera.

Y siempre recordaba las palabras de su papá: "Todos tenemos dudas a veces, pero lo importante es creer en nosotros mismos y seguir adelante".

FIN.

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