Tomás y la lección de respeto en el Jardín Rayito de Sol
En una soleada mañana de primavera, en el Jardín de Infantes "Rayito de Sol", los niños estaban ansiosos por salir a jugar al patio.
La maestra Clara reunió a todos en círculo para recordarles las reglas de comportamiento antes de darles permiso para disfrutar del recreo. "-Recuerden chicos, cuando salgan al patio deben respetar a sus compañeros y cuidar los juguetes. ¿Qué más debemos hacer?" -preguntó la maestra.
"-¡No empujar ni gritar!" -respondieron los niños al unísono. Con una sonrisa, la maestra asintió y les dio permiso para salir. Los niños corrieron hacia el patio, emocionados por disfrutar del aire libre y los juegos.
Entre ellos estaba Tomás, un niño curioso y travieso que siempre se metía en problemas por no seguir las reglas. Mientras jugaban a la rayuela, Tomás vio un balde lleno de tizas y tuvo una idea traviesa.
Sin pensarlo dos veces, agarró una tiza y empezó a dibujar figuras en el suelo, ignorando las reglas que acababa de recordar la maestra Clara. Al ver lo que hacía Tomás, Martina se acercó y le dijo: "-Tomás, ¡eso no se hace! Estamos aquí para jugar juntos y cuidar nuestros materiales.
"Pero Tomás no escuchaba. Estaba tan concentrado en su travesura que no se dio cuenta de que estaba rompiendo una regla importante. De repente, escucharon pasos acercándose rápidamente. Era la maestra Clara.
"-¿Qué están haciendo chicos?" -preguntó con voz firme pero amable. Martina explicó lo que había pasado mientras Tomás bajaba la mirada avergonzado por su comportamiento. La maestra Clara suspiró y les recordó las reglas una vez más.
"-Recuerden chicos, debemos respetarnos unos a otros y cuidar nuestros materiales. Todos merecen divertirse de manera segura y tranquila. "Tomás se disculpó sinceramente por su travesura y prometió portarse mejor en adelante.
Los niños asintieron con alegría al darse cuenta de la importancia de seguir las reglas para disfrutar plenamente del recreo.
A partir de ese día, Tomás aprendió a respetar las normas del patio escolar y disfrutó aún más jugar con sus amigos sabiendo que era parte fundamental para mantener un ambiente armonioso donde todos pudieran divertirse sin problemas. Y así, entre risas y juegos tranquilos, los niños del Jardín "Rayito de Sol" demostraron que con respeto y cuidado mutuo podían convertir cada recreo en un momento mágico e inolvidable.
FIN.