Tomás y la magia del campo
Había una vez un niño llamado Tomás que vivía en la ciudad. Siempre estaba rodeado de tecnología y ruido, pero nunca se sentía completamente feliz.
Un día, su abuela le invitó a pasar las vacaciones con ella en su casa del campo. Al llegar, Tomás se sorprendió al ver lo diferente que era todo: no había edificios altos ni tráfico, solo árboles, animales y aire puro.
La abuela le explicó que allí podían disfrutar de la naturaleza y vivir una vida simple pero muy feliz. Tomás no sabía cómo hacerlo al principio, pero poco a poco fue aprendiendo de su abuela. Juntos sembraron verduras en el huerto, cuidaron a los animales y exploraron el bosque.
A medida que pasaban los días, Tomás se dio cuenta de lo divertido que era descubrir nuevas cosas sin tener que depender de la tecnología.
Un día mientras estaban caminando por el bosque encontraron un nido abandonado de pájaros y decidieron llevarlo a casa para cuidarlo juntos. Pero cuando llegaron encontraron la puerta entreabierta y todas las gallinas habían escapado.
- ¡Abuela! - gritó Tomás preocupado - ¡Las gallinas han escapado! - Tranquilo Tomás - dijo la abuela con calma - Vamos a buscarlas juntos. Así empezó la búsqueda por todo el campo hasta encontrarlas escondidas detrás del granero vecino. Pero justo cuando creyeron haber resuelto todo el problema apareció un zorro hambriento acercándose peligrosamente hacia ellas.
- ¿Qué hacemos? - preguntó Tomás asustado. - Vamos a intentar ahuyentarlo juntos - respondió la abuela decidida. Entonces, con palos y piedras en mano, corrieron hacia el zorro gritando lo más fuerte que podían.
El zorro se asustó y huyó rápidamente del lugar. Tomás estaba emocionado por haber salvado a las gallinas y aprendido algo nuevo sobre cómo cuidar de los animales.
Al final de las vacaciones, Tomás se dio cuenta de que había disfrutado mucho más su tiempo en el campo que cualquier videojuego o pantalla. Había aprendido la importancia de vivir una vida simple y disfrutar de la naturaleza para ser feliz.
Y así, regresó a la ciudad con una nueva perspectiva sobre lo que realmente le hacía feliz en la vida.
FIN.