Tomás y la valentía en el Colegio Profe



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, un colegio muy especial llamado Colegio Profe.

En este colegio, los niños y niñas aprendían de una forma diferente y divertida, ya que la directora, la Señorita Laura, siempre buscaba nuevas formas de enseñarles. Un día llegó al Colegio Profe un nuevo alumno llamado Tomás. Era un niño tímido y callado que venía de otra ciudad y se sentía un poco nervioso por empezar en un lugar desconocido.

Al principio le costaba hacer amigos, pero la Señorita Laura notó su tristeza y decidió ayudarlo. "Hola Tomás, soy la Señorita Laura.

¿Cómo te sientes en tu primer día en el Colegio Profe?" -le preguntó amablemente la directora. Tomás miró tímidamente a la Señorita Laura y respondió con voz baja: "Me siento un poco asustado. No conozco a nadie aquí". La Señorita Laura sonrió cálidamente y le dijo: "No te preocupes, Tomás.

En el Colegio Profe todos somos amigos. Te presentaré a tus compañeros de clase para que puedas conocerlos". Así fue como Tomás comenzó a integrarse poco a poco en el colegio.

La Señorita Laura organizaba actividades didácticas y juegos entre los alumnos para fomentar la colaboración y el trabajo en equipo. Todos los días eran diferentes en el Colegio Profe, llenos de aventuras y aprendizajes emocionantes.

Un día, durante una clase de matemáticas, la Señorita Laura propuso a sus alumnos resolver un problema muy complicado que parecía imposible de resolver. Todos se pusieron manos a la obra, pero Tomás se sintió abrumado por la dificultad del problema y pensó que no sería capaz de resolverlo.

"No puedo hacerlo", murmuró Tomás con desánimo. La Señorita Laura se acercó a él y le dijo: "Claro que puedes hacerlo, Tomás. Solo necesitas confiar en ti mismo y no rendirte nunca".

Animado por las palabras de su maestra, Tomás volvió a intentarlo con más determinación. Poco a poco fue avanzando en el problema hasta que finalmente logró encontrar la solución correcta. "Lo logré", exclamó emocionado Tomás levantando los brazos al aire.

Todos sus compañeros lo felicitaron con alegría y admiración por su esfuerzo y perseverancia. Desde ese día, Tomás ganó confianza en sí mismo y se convirtió en uno de los alumnos más destacados del Colegio Profe.

Al finalizar el año escolar, todos los niños del colegio organizaron una fiesta sorpresa para despedirse de la Señorita Laura como muestra de cariño y gratitud por todo lo aprendido durante ese tiempo juntos.

El Colegio Profe seguía siendo un lugar mágico donde cada niño podía descubrir sus talentos, superar sus miedos e inspirarse para alcanzar sus sueños gracias al amoroso acompañamiento de su directora ejemplar: la inolvidable Señorita Laura.

FIN.

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