Tomás y Sofía en el desierto



Había una vez un aviador llamado Tomás, quien amaba volar por los cielos y sentir la brisa en su rostro mientras miraba las nubes.

Pero un día, algo inesperado sucedió: durante uno de sus vuelos, el motor de su avión falló y se precipitó al suelo en medio del desierto. Cuando Tomás despertó, estaba rodeado de arena y no sabía dónde estaba. Su avión estaba destrozado y no tenía forma de comunicarse con nadie.

Empezó a caminar sin rumbo fijo hasta que se desmayó por el cansancio. Al despertar nuevamente, Tomás vio a una serpiente que lo observaba detenidamente.

El aviador tuvo miedo y quiso alejarse corriendo pero la serpiente le habló:- Hola amigo ¿Cómo estás? Me llamo SofíaTomás se sorprendió muchísimo al escuchar a la serpiente hablarle.

- H-hola - respondió asombrado - ¿Realmente estás hablando? - Sí, claro que sí - respondió Sofía con una sonrisa - Y sé que estás perdido aquí en el desierto. Tomás no podía creerlo. Hablar con animales era algo completamente nuevo para él. Pero decidió seguir conversando con Sofía ya que era mejor estar acompañado que solo en ese lugar inhóspito.

Mientras caminaban juntos por el desierto, Tomás empezó a ver cosas extrañas e imaginarias como cactus gigantes o lagartijas parlanchinas.

Al principio pensó que eran alucinaciones debido al golpe en la cabeza que había sufrido durante el accidente, pero pronto se dio cuenta de que algo más estaba pasando. - Sofía, ¿por qué estoy viendo estas cosas? - preguntó Tomás preocupado. - Bueno amigo, creo que estás alucinando debido a la falta de agua y comida.

Tu cuerpo necesita hidratarse y alimentarse para mantenerse sano - explicó Sofía sabiamente. Tomás se sintió triste al darse cuenta de lo mal que estaba su situación.

Pero gracias a Sofía, aprendió cómo sobrevivir en el desierto y encontrar agua y comida para mantenerse vivo mientras esperaba ser rescatado. Días después, un equipo de rescate finalmente encontró a Tomás gracias a las señales que había dejado por todo el desierto.

Cuando llegaron al lugar donde se encontraba Tomás y le preguntaron cómo había logrado sobrevivir tanto tiempo en ese lugar inhóspito, él les contó sobre su amiga Sofía la serpiente y todo lo que ella le había enseñado.

A partir de ese día, Tomás ya no solo volaba por los cielos sino también caminaba con seguridad por la tierra gracias a las enseñanzas valiosas que había recibido en aquellos días difíciles. Y siempre recordaría con cariño a su amiga Sofía la serpiente quien lo ayudó cuando más lo necesitaba.

FIN.

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