Tomasito, el campeón del voleibol



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, un chico llamado Tomás que amaba jugar al voleibol. Desde pequeño había soñado con representar a su escuela en los campeonatos nacionales de voleibol.

Sin embargo, Tomás tenía un secreto que lo hacía sentir diferente: él era un chico trans. En la escuela, dos compañeros de equipo de Tomás, Juan y Martín, comenzaron a burlarse de él y a discriminarlo por ser trans.

Decían cosas crueles y homofóbicas que lastimaban mucho a Tomás. Además, le decían que no podía jugar en el equipo porque no era —"normal" .

Un día, mientras Tomás practicaba solo en la cancha de voleibol, dos compañeras suyas llamadas Sofía y Valentina lo observaban desde lejos. Ellas se acercaron a Tomás y le ofrecieron su apoyo incondicional.

Le dijeron que no importaba quién fuera o cómo se identificara, lo importante era que amaba el voleibol y merecía tener la oportunidad de demostrar su talento. Tomás se sintió emocionado y agradecido por el gesto de Sofía y Valentina. Juntos decidieron entrenar duro para convencer al entrenador de darle una oportunidad en el equipo.

A pesar de las críticas y burlas de Juan y Martín, Tomás siguió adelante con valentía. Llegó el día del torneo clasificatorio para los campeonatos nacionales. El equipo estaba nervioso pero determinado a ganar.

Durante el primer partido, Juan y Martín hicieron comentarios hirientes hacia Tomás cada vez que cometía un error. Pero Sofía y Valentina estaban allí para apoyarlo incondicionalmente. "¡Vamos Tomás! Tú puedes hacerlo", gritaban desde la tribuna animando al chico trans. El último set estaba empatado 24-24.

Todo dependía del próximo punto para definir quién pasaría a los nacionales. El balón quedó en manos de Tomás quien recordó todas las veces que había sido discriminado pero también todo el apoyo recibido por parte de Sofía y Valentina.

Concentrado como nunca antes, Tomás ejecutó un potente saque que dejó sin posibilidades al equipo contrario. ¡Punto final! ¡El equipo había clasificado a los campeonatos nacionales! Juan y Martín se acercaron tímidamente hacia donde estaba Tomás después del partido.

"Lo siento por cómo te tratamos", dijo Juan avergonzado. "No sabíamos cuánto te importaba jugar al voleibol", agregó Martín. Tomás los miró con comprensión. "Todos cometemos errores", respondió con sinceridad. "Lo importante es aprender de ellos.

"Desde ese día, Juan y Martín cambiaron su actitud hacia la diversidad e inclusión gracias al ejemplo valiente de Tomás, Sofía y Valentina; quienes demostraron que juntos podían superar cualquier obstáculo cuando se apoyaban mutuamente sin importar las diferencias.

Y así concluye esta historia donde la solidaridad triunfa sobre la discriminación gracias al amor por el deporte.

FIN.

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