Tomi vive en nosotros
Había una vez un niño llamado Tomi, que era muy amante del deporte y la actividad física. Desde muy chiquito, le gustaba correr, saltar y jugar al fútbol con sus amigos en el parque.
Pero a medida que fue creciendo, Tomi descubrió su verdadera pasión: el gimnasio. Le encantaba levantar pesas y hacer ejercicios de fuerza, y se dedicaba a ello con mucha disciplina y esfuerzo.
Un día, mientras estaba entrenando en el gimnasio, Tomi decidió probarse a sí mismo levantando más peso del que estaba acostumbrado. Quería demostrarse a sí mismo que podía superar sus límites. Pero desafortunadamente, algo salió mal. El peso era demasiado para él, y sufrió un accidente fatal.
Todos los amigos de Tomi estaban muy tristes por lo ocurrido. No podían entender cómo alguien tan joven y lleno de vida podía morir así. "¿Por qué tenía que pasar esto?"- se preguntaban entre ellos.
Fue entonces cuando apareció la abuela de Tomi. Era una mujer sabia y comprensiva, que siempre sabía encontrar las palabras adecuadas para consolar a los demás. —"Chicos" - dijo ella con voz suave pero firme-, sé que están pasando por un momento muy difícil ahora mismo.
Pero quiero decirles algo importante: la vida no siempre es justa ni predecible. "Los amigos de Tomi escucharon atentamente mientras la abuela continuaba hablando:"A veces ocurren cosas terribles e inesperadas en nuestras vidas.
Y aunque no podemos cambiar lo que ya ha pasado, sí podemos aprender de ello y seguir adelante. "Los amigos de Tomi se sintieron reconfortados por las palabras de la abuela.
Sabían que ella tenía razón: aunque no podían cambiar lo ocurrido, sí podían honrar la memoria de su amigo y seguir haciendo lo que les gustaba. "Tomi siempre amó el deporte y la actividad física"- dijo uno de los amigos-. "Creo que deberíamos hacer algo en su honor.
"Así fue como los amigos decidieron organizar una carrera benéfica en memoria de Tomi. Invitaron a toda la comunidad a participar, y recaudaron fondos para donarlos a una organización que promovía un estilo de vida saludable. La carrera fue un éxito rotundo.
Cientos de personas se sumaron al evento, corriendo juntos por las calles del barrio mientras recordaban a Tomi con cariño.
Y así, gracias a la sabiduría y el amor de la abuela de Tomi, sus amigos encontraron una manera positiva y constructiva de lidiar con su pérdida. Aprendieron que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay luz al final del camino si uno sabe buscarla.
FIN.