Tomi y la Aventura Espacial



En un lejano futuro, Tomi, un chico de 10 años, vivía en la Estación Espacial Andromeda, un lugar lleno de tecnología y maravillas del universo. Su peor deseo era convertirse en un gran explorador espacial como su mamá, que era capitana de una nave científica. Todos los días soñaba con descubrir nuevos mundos.

Un día, mientras exploraba los alrededores de la estación, rodeado de estrellas brillantes y planetas lejanos, Tomi se encontró con una puerta muy especial que nunca había notado antes.

"¿Qué habrá ahí dentro?" - se preguntó Tomi, lleno de curiosidad.

"¡No lo sé, pero quiero averiguarlo!" - respondió su amigo Robi, un pequeño robot que lo acompañaba en sus aventuras.

"¡Vamos!" - exclamó Tomi, decidido.

Los dos ingresaron a la puerta, que los llevó a un espacio oscuro, lleno de tubos y engranajes. Sin embargo, lo que no sabía Tomi era que ese lugar era un antiguo laboratorio olvidado. Mientras exploraban, un tubo de oxígeno colapsó y un chorro de aire salió disparado, rasgando el traje de Tomi, quien sintió un escalofrío.

"¡Tomi! ¡Tu traje!" - gritó Robi, alarmado.

"¡Oh no! ¡Estoy perdiendo oxígeno!" - exclamó Tomi, asustado.

La luz de la pantalla de su traje comenzó a parpadear en rojo.

"Robi, ¿qué hacemos?" - preguntó Tomi, intentando mantener la calma.

"Debemos encontrar la forma de reparar tu traje o localizar oxígeno antes de que sea tarde. Ven, sigamos investigando."

Los dos amigos comenzaron a buscar por el laboratorio. Encontraron herramientas, pero estaban muy desactualizadas y no sabían cómo usarlas. Fue entonces cuando Tomi recordaba las enseñanzas de su madre sobre la ciencia.

"¡Robi! Podemos usar el campo magnético de las herramientas para crear un sello temporal en mi traje mientras encontramos una solución permanente. ¡Tú y yo tenemos que trabajar juntos!"

"¡Sí, lo haremos!" - dijo Robi con determinación.

Juntos, utilizaban los imanes y cables, acercándose al peligro, pero nunca perdiendo la esperanza. Después de unos momentos llenos de tensión, Tomi logró sellar su traje temporariamente.

"¡Bien hecho, Tomi! Pero ahora necesitamos oxígeno. Tal vez en el siguiente cuarto haya algo útil" - sugirió Robi.

"¡Aventurémonos entonces!" - respondió Tomi con una chispa de valor.

Mientras corrían, comenzaron a sentir que la gravedad se volvía más intensa.

"¿Qué está pasando?" - preguntó Tomi.

"Parece que estamos entrando en un campo gravitacional fuerte. ¡Agárrate!" - dijo Robi, mientras ambos lados de la habitación comenzaban a ser atraídos hacia el centro.

De repente, un panel se abrió y los llevó a una sala llena de tanques de oxígeno, pero había una trampa más. Un ser mágico había estado cuidando esos tanques durante siglos. Su cuerpo era de una mezcla de estrellas y polvo, parecía un guardián del espacio.

"¿Quiénes son ustedes y por qué han entrado a mi hogar?" - preguntó el ser, con una voz profunda y resonante.

"Lo sentimos, señor guardian. Somos exploradores y necesitamos oxígeno. Mi traje se rompió y estamos en peligro" - respondió Tomi, con voz temblorosa.

"¿Me prometen que usarán este oxígeno para hacer buenas acciones y proteger el espacio?" - solicitó el guardián.

Tomi miró a Robi y ambos asintieron, sabiendo que debían prometerlo.

"¡Lo prometemos!" - dijeron al unísono.

El guardián sonrió y, al instante, los llenó con oxígeno en sus depósitos y reparó el traje de Tomi.

"El espacio necesita cuidadores. No olviden su promesa. Ustedes son ahora amigos del universo." - dijo el ser, mientras se desvanecía en un destello de luz.

Con el traje ya reparado y oxígeno asegurado, Tomi y Robi volvieron a la estación.

"Tienes un gran espíritu de explorador, Tomi." - dijo Robi.

"Gracias, Robi. Aprendí que juntos podemos superar cualquier obstáculo. ¡Y que el universo está lleno de sorpresas si tenemos coraje!" - respondió Tomi, sonriendo.

Desde ese día, Tomi y Robi continuaron explorando el vasto universo, ahora con una nueva sabiduría y el recuerdo de una mágica aventura. Prometieron cuidar no solo de su hogar, sino de todo lo que encontraran en su camino, guiados por su promesa de proteger el espacio y sus secretos.

Juntos eran los mejores exploradores del Andromeda.

FIN.

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