Tommy y el Toki
Había una vez un niño llamado Tommy en un pequeño pueblo lleno de colores y risas. A Tommy le gustaba mucho jugar con sus amigos, pero había algo que le preocupaba: los demás niños siempre le decían —"Tommy" y el jugaba a que le llamaban de otra manera, como Toki, un nombre que le hacía sentir especial y único.
Un día, durante el recreo en la escuela, sus amigos notaron que Tommy no se divertía tanto como antes.
"¿Qué te pasa, Tommy?" - le preguntó su amiga Lucía.
"Es que siempre me llaman así y me gustaría que me llamen Toki. ¡Me gusta más!" - contestó Tommy con un susurro.
"¿Toki? ¡Suena divertido! ¿Y si empezamos a llamarte así?" - sugirió Diego, su mejor amigo.
Tommy sonrió.
"¡Sí! ¡Eso sería genial!"
Así, el grupo decidió que a partir de ese día, llamarían a Tommy por su nuevo nombre: Toki.
Pasaron los días y pronto todos en la escuela comenzaron a referirse a él como Toki. Al principio, le costaba acostumbrarse porque no estaba seguro de si a la maestra le gustaría. Pero, como siempre fue un niño educado, Toki se armó de valor y le dijo a su maestra.
"Señorita, me gustaría que me llamara Toki, en vez de Tommy. Me hace sentir especial."
La maestra lo miró con una sonrisa y asintió.
"Claro, Toki, si así te hace feliz, lo haré. Los nombres son importantes y es lo que nos hace únicos. ¡Vamos a aprender juntos!"
Toki se sintió aliviado y feliz. Como si llevara un nuevo abrigo que lo hacía más fuerte y valiente.
Pero algo inesperado sucedió. Un día, un nuevo niño llegó al pueblo. Su nombre era Lucas, un chico tímido que no se atrevia a jugar con los demás. Toki vio que Lucas se sentaba solo en un rincón del patio. Entonces, decidió acercarse.
"Hola, soy Toki. ¿Te gustaría jugar con nosotros?" - le dijo con una sonrisa.
Lucas se sorprendió. No esperaba que alguien se acercara a él.
"Me gustaría, pero tengo miedo. No sé si sabré jugar bien." - respondió Lucas con voz temblorosa.
"No te preocupes. Lo importante es divertirse juntos. ¡Vení!" - lo animó Toki.
Así fue como Toki llevó a Lucas a jugar con él y sus amigos. Jugaron a la pelota, corrieron y compartieron risas. Poco a poco, Lucas comenzó a sentirse más cómodo y se unió a la pandilla.
Unos días después, Toki se dio cuenta de que Lucas también tenía un nombre especial que le hacían sentir bien: —"Luki" . Entonces decidió presentarlo así a sus amigos.
"Chicos, él es nuestro nuevo amigo, Luki" - dijo Toki emocionado.
Los demás comenzaron a llamarlo Luki y pronto se hizo parte del grupo.
"Gracias, Toki. Nunca pensé que podría tener amigos, y todo gracias a ti" - dijo Luki con lágrimas de alegría.
Toki, con el corazón rebosante de felicidad, pensó en lo importante que era ser amable y dar oportunidades a los demás, especialmente a quienes se sentían solos.
Desde ese día, Toki no solo fue conocido por su nuevo nombre, sino también por su gran corazón. Y juntos, Toki y Luki vivieron muchas aventuras con sus amigos, aprendiendo que en la amistad, lo que importa es cómo nos tratamos unos a otros y la importancia de los nombres que elegimos para sentirnos especiales.
Y así, el niño que tanto deseó tener un nuevo nombre, terminó enseñando a todos en el pueblo sobre el poder de la inclusión y la aceptación, mientras disfrutaban de su infancia lleno de alegría.
Fin.
FIN.