Tommy y los Zombies del Bosque Encantado



Era un día común cuando Tommy, un niño de diez años con una imaginación desbordante, decidió ir a explorar el bosque cercano a su casa. Lo que no sabía era que esa aventura lo llevaría a un mundo que cambiaría su vida para siempre. Al entrar en el bosque, encontró una extraña luz que salía de entre los árboles.

"¿Qué será eso?" - se preguntó Tommy con curiosidad.

Al acercarse, se topó con un grupo de jóvenes zombies. Pero, a diferencia de los zombies de las películas, estos eran torpes y desorganizados. Algunos se burlaban entre sí, chocando y cayendo al suelo. Tommy echó a reír.

"¡Qué tontos que son!" - exclamó, sorprendiéndose ante la escena divertida.

El líder del grupo, un zombie llamado Zombito, se dio cuenta de que un niño los estaba mirando.

"¿Qué haces aquí, humano?" - preguntó con voz terrorífica, pero con una pizca de tono cómico.

"¡Solo explorando! Nunca había visto zombies tan torpes. ¿Por qué no corren y asustan a la gente?" - contestó Tommy, todavía riendo.

Zombito se sonrojó, si es que un zombie podía hacer eso, y le respondió:

"No somos buenos en eso. Todos en el bosque han perdido el miedo a los zombies. Pero, queremos ser espeluznantes, ¡queremos ser terroríficos!"

Tommy, emocionado por la situación, tuvo una idea.

"¿Y si hacemos un concurso? ¡El que sea el más aterrador ganará un trofeo y se convertirá en el Rey Zombie!"

Los zombies miraron a Tommy con asombro.

"Pero… ¿cómo vamos a asustar a alguien?" - preguntó una zombie llamada Zombina.

"Podemos practicar juntos. Yo les doy algunos consejos sobre cómo asustar, y ustedes me muestran sus mejores trucos" - sugirió Tommy.

Y así comenzó una extraña amistad entre un niño humano y un grupo de zombies.

Tommy pasó muchos días con ellos, enseñándoles diferentes técnicas de miedo:

"Primero tienen que hacer el sonido correcto, como un '¡Buuuu!' escalofriante" - dijo Tommy, mientras los zombies practicaban.

"¡Buuu!" - gritó Zombito, que a su vez tropezó con una raíz y cayó al suelo.

"¡Eso fue graciosísimo! ¡Creo que estás listo para el concurso!" - rió Tommy.

Finalmente, llegó el gran día del concurso. Los jóvenes zombies querían demostrar todo lo que habían aprendido.

Tommy organizó a todos. Había jurados y un escenario improvisado con hojas y ramas. Los zombies se turnaban para hacer sus mejores esfuerzos de terror:

- Zombina hizo una danza extraña y se cayó al suelo, lo que hizo reír a todos.

- Zombito gritó con todas sus fuerzas:

"¡Buuuu!" - olvidando el beso que tanto había practicado.

Al final del concurso, nadie realmente asustó a los jurados, pero todos se divirtieron tanto que el resultado fue inesperado:

"¡Todos son ganadores!" - anunció Tommy, mientras los zombies, confundidos pero contentos, celebraban.

"¡Vamos a hacer una fiesta!"

Y así fue como, a pesar de ser zombies, los jóvenes zombies aprendieron que no tenían que ser aterradores para disfrutar de la vida. Tommy se despidió de sus nuevos amigos, prometiendo volver a visitarlos para seguir jugando juntos y reforzar la importancia de la amistad.

El bosque, que una vez había sido un lugar temido por los habitantes del pueblo, se convirtió en un lugar de alegría. Además, los rumores comenzaron a crecer sobre unos simpáticos y torpes zombies, y la gente empezó a acercarse al bosque para conocer a los amigos de Tommy.

Al final, Tommy entendió que, aunque lo raro puede asustar a algunas personas, la amistad y el amor siempre deben triunfar. Y así, entre risas y burlar a los miedos, empezó una nueva historia en el bosque encantado.

FIN.

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