Tomy y Lila en el Bosque de la Amistad



Había una vez en un bosque encantado, dos amigos muy traviesos llamados Tomy y Lila. Ellos eran inseparables y siempre se divertían juntos explorando cada rincón del bosque.

Un día, mientras caminaban por el sendero principal, encontraron un hermoso árbol de manzanas doradas. Las manzanas brillaban bajo el sol y parecían ser las más jugosas y deliciosas que habían visto nunca. "¡Mira, Tomy! ¡Qué hermosas manzanas doradas! Deben ser las más sabrosas del mundo", exclamó Lila emocionada.

Tomy asintió con entusiasmo y dijo: "Sí, son increíbles.

¿Por qué no subimos al árbol para probar una?"Lila estaba a punto de trepar cuando recordó algo que su abuelita le había dicho una vez: "Nunca codicies el bien ajeno, pues puedes perder lo que ya has adquirido con tu esfuerzo. ""Espera, Tomy. Mi abuela me dijo que nunca debemos tomar lo que no nos pertenece", advirtió Lila.

Tomy frunció el ceño pero decidió escuchar a su amiga. Juntos continuaron su camino por el bosque hasta llegar a un claro donde descubrieron un estanque cristalino lleno de peces de colores brillantes. "¡Wow! ¡Mira todos estos peces tan bonitos!", exclamó Tomy emocionado.

Lila sonrió y recordó las palabras de su abuela una vez más. "Recuerda lo que te dije antes, Tomy. No debemos codiciar lo que no es nuestro. "Tomy suspiró pero comprendió la lección.

Decidieron sentarse junto al estanque y simplemente disfrutar de la belleza de los peces nadando libremente en el agua. De repente, vieron a lo lejos a un zorro astuto acercándose sigilosamente al estanque con ojos hambrientos fijos en los peces brillantes.

Sin pensarlo dos veces, Tomy corrió hacia el zorro y gritó: "¡Aléjate! Estos peces no son tuyos para tomar!"El zorro se sorprendió por la valentía de Tomy y decidió retirarse sin causar problemas.

Lila abrazó a su amigo con orgullo y le dijo: "Gracias por proteger lo que es nuestro, Tomy. "Desde ese día en adelante, Tomy y Lila aprendieron la importancia de valorar lo que tenían sin desear lo ajeno.

Su amistad se fortaleció aún más gracias a esa experiencia compartida en el bosque encantado. Y colorín colorado este cuento ha terminado pero recuerda siempre valorar lo propio sin codiciar lo ajeno.

FIN.

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