Tormenta en la Playa
Había una vez un hombre llamado Juan, que tenía el cabello castaño y siempre estaba sonriendo. Le encantaba pasar tiempo en la playa disfrutando del sol y del mar.
Junto a él estaba Laura, una mujer con rizos dorados que irradiaba felicidad por donde pasaba. Y no podemos olvidarnos de Rocky, su fiel compañero de cuatro patas, un perro café juguetón y cariñoso.
Un día decidieron ir juntos a la playa para disfrutar del buen clima y relajarse al ritmo de las olas. Llevaron consigo una canasta llena de snacks deliciosos para disfrutar mientras descansaban en la orilla del mar.
Mientras se sentaban en la arena, Juan exclamó emocionado: "¡Qué hermoso día para estar juntos en la playa!""Sí, es increíble poder compartir estos momentos juntos", respondió Laura con una sonrisa. Rocky correteaba feliz por la playa, persiguiendo gaviotas y jugando con las olas.
De repente, vieron unas nubes blancas formando figuras curiosas en el cielo azul. "Miren esas nubes, parecen un barco pirata", dijo Juan señalando hacia arriba. "Y aquellas parecen dos ositos abrazados", agregó Laura emocionada. Pasaron un buen rato imaginando formas divertidas en las nubes mientras compartían anécdotas y risas.
De pronto, una sombra cubrió el sol y comenzó a soplar un viento fuerte. "¡Oh no! Parece que se viene una tormenta", exclamó preocupado Juan mirando hacia el horizonte oscurecido.
Decidieron reagarrar rápidamente sus cosas e iniciar el regreso a casa antes de que la lluvia los alcanzara. Corrieron por la playa mientras las primeras gotas caían del cielo. De repente, escucharon un ladrido desesperado detrás de ellos.
Se dieron cuenta de que Rocky se había quedado atrás jugando con una pelota en medio de la tormenta que se avecinaba. "¡Rocky! ¡Ven aquí!", gritaron al unísono Juan y Laura intentando llamar su atención sobre el estruendo del viento y los truenos cercanos.
El valiente perro corrió hacia ellos lo más rápido que pudo con la pelota entre sus dientes justo cuando comenzó a llover intensamente. Lograron refugiarse todos juntos bajo unos árboles cercanos mientras esperaban a que pasara la tormenta.
Después de unos minutos, el sol volvió a brillar timidamente entre las nubes dispersas y el arco iris apareció en el cielo como muestra de que todo iba a salir bien.
Se abrazaron felices sabiendo que lo importante era estar juntos y cuidarse mutuamente en cualquier situación adversa. Desde ese día aprendieron a valorar aún más cada momento compartido junto a Rocky, fortaleciendo su vínculo como familia inseparable.
Y así continuaron viviendo aventuras inolvidables llenas de amor y complicidad bajo el sol radiante o las tormentosas nubes grises; siempre juntos ante cualquier adversidad.
FIN.