Tortugas Gigantes y Secretos Compartidos


Había una vez un chico llamado Messi que vivía en Paraguay. A Messi le encantaban las tortugas, siempre se emocionaba cuando veía alguna cerca de su casa.

Un día, mientras caminaba por el parque, vio a un chico llamado Mbappe que estaba sentado solo en un banco. A Messi le gustó mucho Mbappe y quería hablar con él, pero era muy tímido y no se animaba. —"Hola"  dijo Messi tímidamente acercándose al banco donde estaba sentado Mbappe.

"Hola"  respondió Mbappe sonriendo amablemente. Messi y Mbappe comenzaron a hablar y descubrieron que tenían muchas cosas en común.

A ambos les gustaban los deportes, pero mientras a Messi no se le daba bien el fútbol, sí era muy bueno jugando voley. Y aunque a Mbappe le encantaba jugar al fútbol, también disfrutaba mucho viendo documentales sobre tortugas. "Me encantan las tortugas" dijo Mbappe emocionado.

"¡A mí también!" exclamó Messi contento de haber encontrado alguien con quien compartir su pasión por estos animales. A partir de ese día, los dos chicos empezaron a pasar mucho tiempo juntos. Jugaban voley juntos en la playa y compartían historias sobre sus animalitos favoritos.

Pero lo más sorprendente de todo es que Messi tenía un superpoder: cada noche se convertía en una tortuga gigante. Al principio le daba miedo contárselo a su amigo porque pensaba que podría asustarlo o hacerle daño sin querer.

Pero finalmente decidió confiar en él y contarle su secreto mejor guardado. "¡Eso es increíble!" exclamó Mbappe emocionado al ver la transformación de su amigo. "Sí, pero no se lo digas a nadie" dijo Messi sonriendo.

Un día, mientras paseaban por el parque, escucharon un ruido extraño que venía del lago. Al acercarse vieron que una tortuga estaba atrapada en una red y no podía liberarse. Messi recordó su superpoder y decidió usarlo para ayudarla.

"¡Es hora de ser un héroe!" exclamó Messi antes de transformarse en una tortuga gigante. Con sus fuertes patas, la tortuga gigante logró romper la red y liberar a la pequeña tortuga. Todos los animales del parque aplaudieron emocionados al ver el acto heroico de Messi.

Desde ese día, Messi y Mbappe se convirtieron en amigos inseparables y juntos vivieron muchas aventuras más.

Y aunque nunca más volvieron a necesitar el superpoder de Messi para salvar a ningún animalito, siempre supieron que estaban ahí el uno para el otro cuando lo necesitasen. La moraleja de esta historia es que debemos tener confianza en nosotros mismos y compartir nuestros secretos con las personas que más queremos.

Además, siempre hay algo especial en cada uno de nosotros que nos hace únicos e irrepetibles.

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