Toto el Gallo Valiente


En un pequeño pueblo llamado Pueblito Feliz vivía un gallo muy especial llamado Toto. Toto era diferente a los demás gallos, ya que en lugar de cantar al amanecer, le encantaba montar en bicicleta.

Todos los días, sin falta, Toto se subía a su bicicleta y acompañaba al voceador del pueblo a vender los diarios. El voceador se llamaba Don Pepe y siempre llevaba una gran bolsa llena de periódicos.

Juntos, recorrían las calles del pueblo anunciando las noticias del día con mucha alegría. La gente esperaba con ansias la llegada de Toto y Don Pepe para comprar el periódico y escuchar las ocurrencias divertidas de Toto.

Un día soleado mientras paseaban en bicicleta por el parque, algo inesperado sucedió. Un niño llamado Lucas estaba jugando cerca de una fuente cuando resbaló y cayó al agua. El niño comenzó a gritar pidiendo ayuda, pero nadie parecía darse cuenta.

Toto rápidamente saltó de su bicicleta y corrió hacia la fuente para rescatar al niño. Con sus alas extendidas como si fueran brazos, logró sujetarlo firmemente y lo sacó del agua sano y salvo.

Los padres de Lucas estaban muy preocupados, pero cuando vieron lo que había hecho Toto por su hijo, se llenaron de gratitud. A partir de ese día, el valiente acto de Toto se hizo famoso en todo el pueblo.

Las personas empezaron a verlo no solo como un gallo divertido que vendía diarios, sino como un verdadero héroe. Todos querían conocer a Toto y escuchar sus historias mientras compraban el periódico. Pero no todo era color de rosa para Toto.

Había otro gallo llamado Pepe que sentía envidia de la fama y popularidad de Toto. Pepe siempre había sido el gallo más importante del pueblo, pero ahora todos hablaban solo de Toto.

Un día, Pepe decidió hacer algo malo para deshacerse de Toto y recuperar su lugar en el pueblo. Mientras Toto estaba distraído vendiendo los diarios, Pepe escondió su bicicleta detrás del granero y se burló de él diciendo: "¡Ja ja ja! Ahora nunca podrás montar en bicicleta otra vez".

Toto se sintió muy triste al darse cuenta de lo que había pasado. Sin su bicicleta, no podría acompañar a Don Pepe a vender los diarios ni ayudar a las personas necesitadas como solía hacerlo. Pero la historia no termina aquí.

Resulta que Lucas, el niño al que Toto había salvado, también había visto lo que hizo Pepe con la bicicleta. Lucas sabía lo importante que era para Toto poder seguir montando en bicicleta y decidió ayudarlo.

Lucas le contó a sus padres sobre lo ocurrido y entre todos buscaron una solución. Decidieron organizar una colecta en el pueblo para comprarle una nueva bicicleta a Toto.

Cuando llegó el día de entregarle la sorpresa a Toto, todos los habitantes del pueblo se reunieron frente al granero donde se encontraba escondida la nueva bicicleta. Al verla, Toto no pudo contener la emoción y sus ojos se llenaron de lágrimas de alegría.

Desde ese día, Toto siguió acompañando a Don Pepe a vender los diarios en su nueva bicicleta. El pueblo entero aprendió una valiosa lección sobre la importancia de la amistad, el valor y cómo ayudar a los demás en momentos difíciles.

Y así, Toto el gallo viajero continuó siendo un héroe en Pueblito Feliz, inspirando a todos con su valentía y amor por montar en bicicleta.

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