Trabajo en equipo


Había una vez en el bosque un gato llamado Tomás y una liebre llamada Lola.

Tomás era muy trabajador y siempre se ocupaba de sus tareas, mientras que Lola era bastante perezosa y prefería pasar el tiempo jugando y descansando. Un día, Lola estaba tomando una siesta bajo un árbol cuando vio a Tomás corriendo de un lado a otro, ocupado con sus quehaceres. La liebre decidió acercarse al gato para hacerle una propuesta.

"¡Hola, Tomás! -dijo Lola con una sonrisa-. Te he estado observando trabajar tan duro y me preguntaba si podrías hacerme un favor. "Tomás levantó la cabeza y miró a la liebre con curiosidad. "Claro, Lola. ¿En qué puedo ayudarte?" respondió amablemente.

Lola se relamió los bigotes antes de explicar su plan. "Verás, tengo muchas cosas por hacer pero no quiero molestarte ni cansarme demasiado. Pensé que podrías hacer todos mis deberes mientras yo disfruto del sol y juego tranquilamente".

El gato frunció el ceño ante la propuesta inesperada. "Lola, entiendo que te guste descansar y divertirte, pero también es importante cumplir con nuestras responsabilidades. No sería justo para mí ni para ti si hiciera todo tu trabajo".

La liebre hizo un gesto desinteresado. "Oh, Tomás, no te preocupes por eso. Estoy segura de que lo harías mucho mejor que yo en todas estas tareas aburridas".

El gato reflexionó unos segundos antes de responder:"Lo siento Lola, pero creo que es importante que cada uno haga su parte. Si tú te encargas de tus deberes, yo también podré disfrutar de un poco de tiempo libre para jugar o descansar". Lola se cruzó de brazos y puso cara de enfado.

"¡Pero eso no es justo! Yo quiero divertirme todo el día sin preocuparme por nada más". Tomás se acercó a Lola con calma y le habló con ternura.

"Lola, entiendo que quieras disfrutar, pero la vida no siempre es solo diversión. También hay responsabilidades y tareas que debemos cumplir. Si todos hiciéramos solo lo que nos gusta, el mundo sería un lugar desordenado e injusto".

La liebre reflexionó sobre las palabras del gato y finalmente asintió con la cabeza. "Tienes razón, Tomás. Aunque no me guste hacerlo, sé que es importante cumplir con mis deberes". Desde ese día, Lola comenzó a ayudar en las tareas del bosque mientras Tomás continuaba siendo diligente en sus labores diarias.

Juntos aprendieron la importancia del trabajo en equipo y cómo cada uno puede contribuir al bienestar común.

Y así, gracias a su nueva actitud responsable y colaborativa, Lola descubrió una satisfacción especial al completar sus tareas y también encontró tiempo para divertirse junto a Tomás después de haber terminado todo. Moraleja: El trabajo duro y la responsabilidad son valores fundamentales para vivir en armonía con los demás.

Todos tenemos habilidades únicas para ofrecer al mundo y cuando trabajamos juntos podemos lograr grandes cosas.

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