Tracti y la Revolución en la Chacra



Había una vez un pequeño tractor llamado Tracti que vivía en una hermosa chacra en el campo argentino.

Tracti era un tractor muy trabajador y siempre estaba listo para ayudar a su dueño, Don Juan, en todas las tareas de la granja. Un día, mientras Tracti se encontraba arando la tierra, llegó el patroncito de la chacra, Don Ricardo. Era un hombre muy serio y exigente con los precios de las verduras que se producían allí.

Siempre quería pagar lo menos posible a los agricultores y eso preocupaba mucho a Tracti. "Tracti, necesito que trabajes más rápido. Los precios están bajando y debemos terminar antes de que caigan aún más", dijo Don Ricardo con tono autoritario.

Tracti suspiró y aceleró su motor para hacer todo lo posible por cumplir las demandas del patroncito. Pero cada día eran más difíciles las condiciones laborales en la chacra.

Los precios seguían bajando y los agricultores no conseguían ganancias suficientes para mantener sus familias. El pequeño tractor decidió hablar con sus amigos de la granja: Cachito el cerdito, Plumita la gallina y Verdejo el conejo. Juntos idearon un plan para mejorar la situación.

"Amigos, creo que debemos demostrarle al patroncito lo importante que somos para esta chacra", propuso Tracti emocionado.

Los animales asintieron con entusiasmo y comenzaron a trabajar duro cada uno en su tarea: Cachito prepararía una deliciosa comida usando solo verduras frescas de la chacra; Plumita pondría huevos decorados con bonitos colores y Verdejo se encargaría de hacer hermosos arreglos con flores del campo.

Cuando llegó el día en que Don Ricardo visitaría la chacra, todos los animales estaban nerviosos pero emocionados por mostrar su trabajo. Tracti se acercó al patroncito y le dijo:"Don Ricardo, queremos mostrarle lo valiosa que es esta chacra y el esfuerzo que ponemos cada día para producir las mejores verduras".

Don Ricardo miró a Tracti con desconfianza, pero accedió a dar un vistazo. Cuando recorrió la granja, quedó asombrado por la belleza de los arreglos de Verdejo, la exquisitez de la comida preparada por Cachito y la frescura de los huevos decorados por Plumita.

"Nunca había visto algo así", exclamó Don Ricardo maravillado. Tracti aprovechó ese momento para explicarle cómo el trabajo en equipo entre él y sus amigos era fundamental para mantener una buena producción en la chacra.

Les mostraron también cómo los precios bajos afectaban directamente a los agricultores y sus familias. Don Ricardo reflexionó sobre lo escuchado y decidió cambiar su actitud. Prometió pagar precios justos por las verduras producidas en la chacra e incluso ofreció ayuda económica para mejorar las condiciones laborales.

A partir de ese día, Tracti y sus amigos trabajaron felices sabiendo que su esfuerzo sería recompensado adecuadamente. La chacra volvió a prosperar gracias a un trato justo entre empleador y empleado.

Y así, gracias al ingenio y valentía de Tracti y sus amigos, la vida en la chacra se convirtió en un ejemplo de trabajo en equipo, respeto y justicia para todos los que allí habitaban. Y colorín colorado, esta historia de Tracti y sus amigos ha terminado.

FIN.

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