Transparencia Joven



Era una vez en un país llamado Argentina, donde la democracia llevaba 40 años gobernando. Todo el mundo estaba feliz porque podían votar libremente y elegir a sus representantes.

En una pequeña ciudad vivía Martina, una niña curiosa y muy inteligente que siempre tenía preguntas para todo. Un día, mientras caminaba por la plaza del pueblo, se encontró con su amigo Lucas. - ¡Hola Lucas! ¿Qué estás haciendo? -preguntó Martina.

- Estoy viendo cómo los políticos están discutiendo sobre el presupuesto de la ciudad -respondió Lucas-. Quiero saber qué van a hacer con el dinero que pagamos en impuestos. Martina se sorprendió al escuchar esto.

Nunca había pensado en cómo se usaba el dinero que sus padres pagaban en impuestos. Decidió investigar más sobre este tema y descubrió que muchas veces los políticos no usaban el dinero de manera correcta y transparente. Entonces, decidió hacer algo al respecto.

Junto con Lucas y otros amigos organizaron una campaña para pedirle a los políticos que rindieran cuentas sobre cómo gastaban el dinero público. Pero no fue fácil.

Los políticos no querían dar explicaciones y algunos incluso trataron de intimidarlos para que dejaran de hacer preguntas incómodas. Sin embargo, gracias a su perseverancia e ingenio lograron llegar a acuerdos satisfactorios para todos.

La noticia de su trabajo llegó hasta Buenos Aires, donde los medios nacionales comenzaron a hablar sobre estos jóvenes activistas quienes luchaban por la transparencia en la gestión pública. Un día recibieron una invitación muy especial: ser parte del Congreso Nacional de Jóvenes Líderes, donde podrían compartir sus ideas y proyectos con otros jóvenes de todo el país.

Martina y Lucas aceptaron la invitación con mucha emoción. Durante el congreso conocieron a muchos otros jóvenes que como ellos luchaban por un país más justo y transparente.

También aprendieron mucho sobre liderazgo, trabajo en equipo y cómo hacer que sus voces fueran escuchadas. Al regresar a su ciudad, Martina y Lucas no solo seguían luchando por la transparencia en la gestión pública, sino que también inspiraron a muchos otros jóvenes para que se unieran a su causa.

Gracias al esfuerzo de todos ellos, lograron cambiar muchas cosas en su ciudad.

Los políticos comenzaron a rendir cuentas públicamente sobre cómo usaban el dinero público, se crearon nuevos programas sociales para ayudar a las personas más necesitadas y se mejoró la comunicación entre los gobernantes y los gobernados. Y así fue como gracias al trabajo de estos jóvenes activistas, Argentina siguió avanzando hacia una democracia más participativa e inclusiva durante los siguientes 40 años.

FIN.

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