Trastín y las piernas mágicas



Había una vez en un bosque encantado, un duende llamado Trastín. Tenía el pelo verde como la hierba y unos dientes grandes que parecían dos colmillos.

Trastín era feliz jugando entre las flores y ayudando a los animales del bosque, pero había algo que le preocupaba: sus piernas eran muy cortitas. Trastín veía cómo los demás duendes saltaban y corrían por el bosque con sus largas piernas, mientras él se quedaba atrás con sus pequeñas patitas.

Soñaba con tener unas piernas largas para poder moverse más rápido y explorar nuevos lugares. Un día, mientras caminaba tristemente por el bosque, encontró a una vieja tortuga sabia llamada Doña Concha.

Ella siempre tenía respuestas para todo y Trastín decidió pedirle consejo. "Doña Concha, ¿qué puedo hacer para tener unas piernas largas?"- preguntó Trastín con esperanza en su voz. La tortuga sonrió amablemente y respondió: "Querido Trastín, no necesitas piernas largas para ser especial.

Pero si realmente deseas cambiar tus patitas, debes buscar al hada de los deseos". Trastín se emocionó al escuchar eso y decidió seguir el consejo de Doña Concha.

Se adentró en el bosque hasta llegar a un claro donde estaba la casa del hada de los deseos.

El hada apareció ante Trastín con una sonrisa brillante y le dijo: "Hola querido duendecito ¿en qué puedo ayudarte?""Hada de los deseos, quiero tener unas piernas largas para poder moverme más rápido y explorar nuevos lugares"- dijo Trastín con entusiasmo. El hada pensó por un momento y luego dijo: "No puedo darte piernas largas, pero tengo algo mejor. Te daré unos muelles mágicos que te permitirán saltar muy alto y correr velozmente".

Trastín aceptó emocionado el regalo del hada y se colocó los muelles en sus patitas. En ese instante, sintió una energía especial recorrer su cuerpo. Desde ese día, Trastín se convirtió en el duende más veloz del bosque.

Saltaba de flor en flor, corría entre los árboles y jugaba a las escondidas con sus amigos duendes.

Pero lo más importante era que Trastín aprendió una valiosa lección: no importa cómo seamos físicamente, lo que realmente importa es ser feliz con nosotros mismos y aprovechar al máximo nuestras cualidades especiales. Así, Trastín vivió muchas aventuras emocionantes gracias a sus muelles mágicos.

Y cada vez que veía a otros duendes con piernas largas, sonreía sabiendo que él tenía algo único y especial. Y colorín colorado, este cuento ha terminado.

FIN.

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