Travesura en Villa Feliz
Había una vez dos niños que vivían en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz. Uno se llamaba Mateo, un niño desobediente que siempre hacía travesuras y desobedecía a sus padres.
El otro era Lucas, un niño educado y responsable que siempre seguía las reglas y ayudaba a los demás. Un día, Mateo decidió treparse a un árbol muy alto, a pesar de que sus padres le habían advertido que no lo hiciera.
Mientras subía cada vez más alto, una rama se rompió y Mateo cayó al suelo, lastimándose la pierna. Llorando de dolor, tuvo que ser llevado de urgencia al hospital.
Lucas, quien pasaba por ahí en ese momento, vio todo lo sucedido y corrió a contarle a los padres de Mateo lo que había ocurrido. Los padres de Mateo estaban muy preocupados y agradecidos con Lucas por haberles avisado. Mateo tuvo que pasar varias semanas en el hospital recuperándose de su lesión.
Durante ese tiempo, reflexionó sobre su comportamiento desobediente y cómo eso le había traído consecuencias graves. Se sintió arrepentido por haber ignorado las advertencias de sus padres.
Mientras tanto, Lucas visitaba a Mateo todos los días en el hospital para llevarle libros, juegos y hacerle compañía. Le recordaba lo importante que era escuchar a los mayores y seguir las reglas para evitar accidentes como el que acababa de tener.
Finalmente, Mateo se recuperó por completo y fue dado de alta del hospital. Esta experiencia le sirvió para aprender la importancia de ser responsable y obedecer las indicaciones de sus padres para mantenerse seguro.
Desde entonces, Mateo se esforzó por ser más como Lucas: educado, responsable y atento a las consecuencias de sus acciones. Los dos niños se convirtieron en grandes amigos y juntos disfrutaron jugando y creciendo en Villa Feliz.
Y colorín colorado este cuento ha enseñado que la obediencia y la responsabilidad son clave para vivir felices y seguros.
FIN.