Travesuras en el Circo de Valores



Había una vez un circo muy especial, donde los artistas no solo se dedicaban a hacer acrobacias y malabares, sino que también tenían la misión de enseñar normas de convivencia a todos los niños que asistían a sus funciones.

En ese circo había un payaso llamado Travesuras, quien siempre hacía bromas pesadas y no respetaba el espacio personal de los demás.

Un día, mientras Travesuras jugaba con su pelota cerca del trapecio volador, sin darse cuenta la lanzó hacia arriba y golpeó al equilibrista llamado Equipo. Equipo cayó al suelo y se lastimó el tobillo. Todos en el circo estaban preocupados por él.

Fue entonces cuando Malabarito, uno de los malabaristas más habilidosos del mundo circense, decidió tomar cartas en el asunto. "Travesuras, tus bromas están causando problemas. Lastimaste a Equipo y eso no está bien", le dijo seriamente Malabarito. Travesuras se sintió triste por lo que había hecho y se disculpó con Equipo.

Desde ese momento, prometió ser más cuidadoso con sus juegos para evitar accidentes. Pero las cosas no iban a ser tan fáciles para Travesuras.

En otro espectáculo, mientras intentaba hacer reír al público con una broma divertida junto a Payasineta -la payasa más graciosa del circo-, accidentalmente tropezaron con las cuerdas del trapecio volador y arruinaron la actuación de los acróbatas llamados Armonía y Ritmo.

Armonía y Ritmo eran una pareja de hermanos que se complementaban perfectamente en el trapecio volador. Pero debido al accidente, perdieron la sincronía y cayeron al suelo. El público estaba preocupado y triste por lo que había sucedido. Fue entonces cuando Malabarito decidió tomar una decisión importante.

"Travesuras, tus bromas están causando problemas a todos los artistas del circo. No podemos permitirlo más. Necesitarás aprender a trabajar en equipo si deseas seguir siendo parte de esta familia circense", dijo Malabarito con firmeza.

Travesuras entendió el mensaje y decidió cambiar su actitud de una vez por todas. Se disculpó con Armonía, Ritmo y Payasineta, prometiendo ser más responsable y respetuoso durante las actuaciones.

Con el tiempo, Travesuras aprendió a colaborar con sus compañeros de circo y a respetar las normas de convivencia. Sus bromas se volvieron más divertidas pero siempre sin causar daño ni interrumpir el trabajo de los demás artistas. El circo siguió adelante con sus espectáculos llenos de alegría y enseñanzas para los niños que asistían cada día.

Travesuras se convirtió en un payaso muy querido por todos, ya que supo aprender de sus errores y mejorar como persona.

Y así fue como el circo con personajes generadores de normas de convivencia logró transmitir importantes lecciones a través del arte circense: la importancia del respeto mutuo, la responsabilidad en nuestras acciones y la necesidad de trabajar juntos para alcanzar nuestros objetivos. Fin

FIN.

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