Trazando estrellas en Marte
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un niño llamado José que soñaba con viajar al espacio.
Desde muy chico, se pasaba las noches mirando las estrellas desde su ventana y preguntándose qué secretos guardarían esos puntos brillantes en el cielo. Un día, mientras caminaba por el campo cerca de su casa, José encontró a un anciano sabio que le dijo: "Si realmente deseas viajar al espacio, debes creer en ti mismo y nunca rendirte".
José quedó sorprendido por las palabras del anciano y decidió seguir su consejo. Con determinación, José comenzó a estudiar todo lo relacionado con el espacio: los planetas, las estrellas, las naves espaciales.
Pasaba horas en la biblioteca del pueblo leyendo libros y revistas sobre astronautas y misiones espaciales. Su pasión era tan grande que sus amigos lo empezaron a llamar "el pequeño astronauta". Un día, la escuela de José organizó una visita a un centro espacial cercano.
¡José estaba emocionadísimo! Durante la visita, tuvo la oportunidad de subirse a una réplica de una nave espacial y simular despegues y aterrizajes.
¡Fue increíble!"¡Wow! ¿Te imaginas si algún día puedo hacer esto de verdad?" -le dijo entusiasmado a su mejor amigo Tomás. "¡Claro que sí! Tú eres capaz de lograr todo lo que te propongas", respondió Tomás con una sonrisa.
A partir de ese día, José se propuso trabajar duro para cumplir su sueño de viajar al espacio. Estudiaba con dedicación, participaba en concursos científicos y practicaba deportes para mantenerse sano y fuerte como los astronautas.
El tiempo pasó y finalmente llegó el gran día: la NASA anunció que estaban buscando nuevos astronautas para una misión especial a Marte. José no podía creerlo; ¡esta era su oportunidad! Con valentía y determinación, José envió su solicitud para ser parte de la misión.
Pasaron semanas llenas de nerviosismo hasta que recibió una carta con la noticia esperada: ¡había sido seleccionado como uno de los nuevos astronautas! La emoción invadió el corazón de José mientras compartía la noticia con su familia y amigos.
Todos estaban orgullosos de él por haber perseguido su sueño con tanto esfuerzo y dedicación. Llegó el día del lanzamiento hacia Marte. Mientras abordaba la nave espacial junto a sus compañeros astronautas, José recordó todas las palabras sabias del anciano que había conocido años atrás en el campo.
"¡Aquí vamos!", exclamó emocionado mientras sentía cómo la nave despegaba rumbo al espacio exterior. Durante meses vivieron experiencias inolvidables explorando Marte y realizando experimentos científicos. José se sentía en casa entre las estrellas, cumpliendo el sueño que había alimentado desde niño.
Al regresar a la Tierra convertido en un héroe nacional, José comprendió que los sueños pueden hacerse realidad si uno cree en sí mismo y trabaja duro para alcanzarlos.
Y así fue como Jose el niño que le gustaría viajar al espacio se convirtió en Jose el astronauta argentino que conquistó los confines del universo gracias a su pasión e inspiración.
FIN.