Trenes en las Montañas Mágicas



Había una vez una niña llamada Sofía que siempre soñaba con trenes y montañas. Cada noche, se dormía imaginando cómo sería si los trenes pudieran subir por las montañas más altas.

Un día, mientras caminaba por el bosque cerca de su casa, comenzó a llover fuertemente. Pero no eran gotas de agua lo que caían del cielo, ¡eran pequeños trenes de juguete! Sofía estaba muy emocionada al verlos pasar volando sobre ella.

Corrió a casa para contarle a su mamá lo que había sucedido y juntas observaron desde la ventana cómo los trenes seguían cayendo del cielo en todo el vecindario.

La lluvia de trenes duró toda la tarde y Sofía no podía creer lo maravilloso que era. Más tarde esa noche, cuando se acostó en su cama, cerró los ojos e imaginó un mundo donde los trenes podían subir por las montañas más altas sin problemas.

De repente, sintió como si estuviera flotando en el aire y cuando abrió los ojos se encontraba dentro de un gran vagón de ferrocarril con ventanas panorámicas. Sofía miró hacia afuera y vio las montañas más altas que jamás había visto antes.

El paisaje era impresionante: cascadas gigantes caían por las rocas escarpadas y árboles enormes crecían en cada rincón del valle. El sol brillaba intensamente y todos los colores parecían aún más brillantes bajo sus rayos.

De repente, el vagón comenzó a moverse y Sofía se emocionó muchísimo. "¡Mira, mamá!", gritó Sofía. Pero cuando miró alrededor, se dio cuenta de que estaba sola en el vagón. "¿Hola?", preguntó Sofía mientras buscaba a alguien más en el vagón.

Pero no había nadie allí, solo ella y los hermosos paisajes que pasaban por la ventana. El tren subió lentamente por la montaña y las vistas eran cada vez más impresionantes.

De repente, la niña notó algo extraño: ¡la montaña parecía estar viva! Se movía como si fuera un ser vivo gigante. "¡Qué está pasando aquí!" exclamó Sofía alarmada. "-Tranquila Sofi- dijo una voz suave detrás de ella -no te preocupes, todo está bien.

"Sofía se volvió y vio a una pequeña criatura sentada junto a ella. Tenía grandes ojos brillantes y un pelaje suave de color verde claro con manchas naranjas. "- ¿Quién eres tú? -preguntó curiosa""Soy Tito", respondió la criatura sonriendo "-y soy el guardián de estas montañas".

Sofía estaba asombrada pero muy feliz de tener un nuevo amigo para compartir sus aventuras.

Juntos continuaron viajando en el tren mágico por las montañas vivas mientras Tito le contaba historias sobre los animales del bosque y los secretos del mundo natural. Finalmente, llegaron a lo alto de la montaña más alta donde pudieron ver todo el valle extendido ante ellos.

Fue entonces cuando Tito le dijo a Sofia:"-Esto es lo que nos mueve Sofi, la belleza de nuestra naturaleza. Cuidarla es nuestra responsabilidad para que todos puedan disfrutarla. ¿Crees que puedes ayudarnos?"Sofía estaba emocionada de ser parte de algo tan importante y prometió hacer todo lo posible para cuidar el mundo natural.

Cuando se despertó al día siguiente, Sofía sabía exactamente qué tenía que hacer: empezaría a reagarrar basura en el bosque y se aseguraría de no dejar rastros cuando saliera a disfrutar del aire libre.

A partir de ese día, cada vez que llovían trenes por su vecindario, Sofía recordaba su aventura con Tito y cómo debemos cuidar nuestro planeta. Y así fue como una pequeña lluvia de trenes cambió la vida de una niña para siempre.

FIN.

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