Tres amigos valientes


Era el primer día de clases después de las largas vacaciones de verano y todos los niños estaban emocionados por volver a encontrarse en la escuela.

Los pasillos del colegio se llenaron rápidamente con risas y abrazos mientras los amigos se saludaban. En medio del alboroto, dos amigos muy especiales, Lucas y Sofía, no podían esperar para verse. Habían pasado todo el verano separados y tenían muchas historias que contar.

Lucas era un niño aventurero y siempre tenía algo emocionante que compartir, mientras que Sofía era más tranquila pero siempre tenía una sonrisa cálida para ofrecer. Cuando finalmente se encontraron en el patio de la escuela, corrieron uno hacia el otro y se abrazaron fuertemente.

"¡Lucas! ¡Qué alegría verte de nuevo!" - exclamó Sofía con entusiasmo. "¡Sofía! ¡Yo también estaba deseando verte!" - respondió Lucas con una gran sonrisa en su rostro.

Los dos amigos caminaron juntos hacia el aula mientras compartían sus experiencias del verano. Lucas había explorado montañas altas y nadado en ríos cristalinos, mientras que Sofía había pasado tiempo con su familia en la playa construyendo castillos de arena y reagarrando caracoles hermosos.

Cuando llegaron al aula, vieron que había un nuevo compañero llamado Martín sentado solo en su pupitre. Decidieron acercarse a él para darle la bienvenida. "Hola Martín, ¿cómo te llamas? Soy Lucas" - dijo amablemente Lucas extendiendo su mano.

Martín miró tímidamente a los dos amigos y respondió con una pequeña sonrisa. "Hola, soy Martín".

Sofía también extendió su mano y dijo: "¡Mucho gusto, Martín! ¿Eres nuevo en el colegio?"Martín asintió con la cabeza y les contó que se había mudado recientemente a la ciudad y que no conocía a nadie. "No te preocupes, Martín. ¡Nosotros seremos tus amigos!" - exclamó Lucas emocionado. Durante todo el día, Lucas, Sofía y Martín se convirtieron en inseparables.

Juntos compartieron risas en el recreo, trabajaron en equipo durante las clases y se apoyaron mutuamente cuando enfrentaban desafíos. Pero un día, algo inesperado sucedió. Durante una clase de matemáticas, Martín cometió un error al resolver un problema frente a toda la clase.

Algunos niños comenzaron a reírse de él y hacer comentarios hirientes. Lucas y Sofía se sintieron tristes por lo que estaban viendo. No podían entender cómo alguien podía ser tan cruel con su amigo.

Sin pensarlo dos veces, Lucas levantó la mano para pedirle permiso a la maestra para hablar. Cuando le dieron permiso, miró fijamente a sus compañeros y dijo:"¿Alguna vez han cometido errores? Todos nosotros lo hemos hecho alguna vez.

Pero eso no significa que debamos burlarnos o lastimar los sentimientos de alguien más. "Sofía asintió fervientemente mientras agregaba: "Todos somos diferentes y eso es lo que nos hace especiales.

En lugar de criticar los errores de los demás, deberíamos ayudarnos mutuamente a aprender y crecer juntos. "Los niños se quedaron en silencio, reflexionando sobre las palabras de Lucas y Sofía. Poco a poco, comenzaron a darse cuenta de que habían sido injustos con Martín. "Tienen razón, chicos.

Lo siento mucho, Martín" - dijo uno de los niños mientras se acercaba a él para disculparse. Uno por uno, todos los niños se disculparon y prometieron ser más amables y comprensivos en el futuro.

Desde ese día en adelante, la clase se convirtió en un lugar lleno de respeto y apoyo mutuo. Todos aprendieron que cada persona tiene habilidades diferentes y que todos merecen ser tratados con bondad. Lucas, Sofía y Martín siguieron siendo grandes amigos durante todo el año escolar.

Juntos demostraron que cuando nos unimos como amigos y nos apoyamos unos a otros, podemos superar cualquier desafío que se presente. Y así termina esta historia llena de amistad y valentía.

Los niños comprendieron la importancia de tratar bien a los demás sin importar sus diferencias y juntos crearon un ambiente amoroso donde todos podían crecer felices.

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