Tres Hojas



Había una vez un hermoso árbol en el corazón de un bosque. Este árbol era especial porque, en lugar de tener muchas hojas, solo tenía tres: una verde, una amarilla y una roja. Cada hoja tenía su propia personalidad y sueños. La Hoja Verde soñaba con viajar por el mundo, la Hoja Amarilla quería hacer reír a todos con su alegría, y la Hoja Roja deseaba contar historias emocionantes.

Un día, las tres hojas charlaban sobre sus aspiraciones mientras el viento soplaba suavemente.

"¿No sería increíble conocer otros lugares?", dijo la Hoja Verde entusiasmada.

"Sí, pero creo que lo más importante es hacer reír a los demás", respondió la Hoja Amarilla con una sonrisa.

"No olviden lo emocionante que es compartir historias y aventuras", agregó la Hoja Roja.

El árbol, escuchando la conversación, decidió ayudar a sus hojas.

"¿Por qué no hacen un viaje juntas?", sugirió el árbol con voz profunda.

"¿Un viaje? ¡Eso suena genial!", exclamó la Hoja Verde.

"Podemos ir al Valle de la Risa donde todos se divierten", propuso la Hoja Amarilla.

"Y desde allí, contaremos las historias de cada lugar que visitemos", añadió la Hoja Roja.

Y así, un día despejado, las tres hojas se lanzaron al viento. Al principio, todo fue diversión y emoción.

"¡Miren, estoy volando!", gritó la Hoja Verde, mientras danzaba en el aire.

"¡Miren este paisaje tan hermoso!", exclamó la Hoja Amarilla, alegrando a todos los pajaritos que pasaban.

"¡Voy a contarles las historias que aprendí del árbol!", dijo la Hoja Roja con entusiasmo.

Sin embargo, el viento comenzó a soplar más fuerte y las tres hojas fueron separándose. La Hoja Verde fue llevada al lejano Pico de los Vientos, la Hoja Amarilla se encontró en la alegre Aldea de las Sonrisas, y la Hoja Roja terminó sola en la Montaña de los Relatos.

Las hojas, cada una en su nuevo lugar, se sintieron un poco desalentadas. La Hoja Verde miraba hacia el horizonte y deseaba a sus amigas.

"Me siento sola aquí. Me gustaría compartir esta vista con ellas", pensó la Hoja Verde.

Mientras tanto, en la Aldea de las Sonrisas, la Hoja Amarilla estaba haciendo reír a todos los habitantes, pero también extrañaba a sus amigas.

"Si tan solo pudiera contarles lo que estoy viviendo", suspiró.

Por último, la Hoja Roja, aunque estaba disfrutando de contar historias a los animales de la montaña, también se sentía incompleta.

"¡Quiero que mis historias sean escuchadas por mis amigas!", se lamentó la Hoja Roja.

Así que decidieron reunirse nuevamente. La Hoja Verde empezó a volar hacia donde estaba la Hoja Amarilla, mientras la Hoja Roja buscaba el camino hacia el Pico de los Vientos. Después de un largo viaje, las tres hojas lograron encontrarse en el Gran Claro del Bosque.

"¡Es tan bueno volver a verlas!", gritó la Hoja Amarilla con una risa contagiosa.

"¡Desearía que nunca nos volvamos a separar!", dijo la Hoja Verde, sonriendo de oreja a oreja.

"Y ahora que estamos juntas, ¡tenemos mucho que contar y vivir!", agregó la Hoja Roja con energía.

Juntas, decidieron hacer un plan. La Hoja Verde usaría su experiencia de viaje para aconsejar a otros sobre la aventura de la vida, la Hoja Amarilla seguiría haciendo reír a todos, y la Hoja Roja usaría sus historias para enseñar sobre la importancia de la amistad y la unión.

Y así, las tres hojas, aunque diferentes, aprendieron que cada una tenía algo especial que ofrecer. Se dieron cuenta de que la amistad permite que los sueños se vuelvan realidad, y juntos, hicieron que su hogar en el árbol fuera el lugar más alegre y lleno de historias del bosque.

Desde entonces, cada vez que el viento soplaba, las tres hojas danzaban, recordando que aunque a veces se separen, siempre encontrarán el camino de regreso a casa, donde la amistad y la risa nunca faltan.

FIN.

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