Trio amoroso de las alturas



Había una vez en las altas montañas de Argentina, tres amigables animales que vivían juntos en armonía: el cóndor, el águila real y el halcón peregrino. Cada uno de ellos era conocido por su imponente vuelo y aguda visión, pero lo que los hacía especiales era su amor mutuo y respeto por el territorio que compartían. Un día, mientras volaban juntos en busca de alimento, divisaron a lo lejos a una hermosa y elegante aguilucho. Desde ese momento, los tres amigos se enamoraron perdidamente de la aguilucho, pero ninguno se atrevía a confesarlo por miedo a lastimar la amistad que los unía.

Cada uno intentaba impresionar a la aguilucho con sus habilidades únicas. El cóndor mostraba su majestuoso vuelo en círculos, el águila real exhibía su destreza cazando presas en el aire, y el halcón peregrino deslumbraba con su velocidad al descender en picada. La aguilucho, sin embargo, parecía no prestarles atención, lo que generaba una gran tristeza en el corazón de los tres amigos. Decidieron entonces acudir al sabio búho de las montañas, quien les aconsejó que hablaran con sinceridad y claridad sobre sus sentimientos hacia la aguilucho.

Luego de reflexionar, los tres amigos comprendieron que lo más importante no era conquistar el amor de la aguilucho, sino demostrarle que cada uno de ellos era especial a su manera y merecía ser amado. Entonces, decidieron sincerarse y expresarle a la aguilucho sus sentimientos, pero también su amor y respeto mutuo. Para sorpresa de los tres amigos, la aguilucho les confesó que desde el principio los admiraba a todos por igual, pero que se sentía abrumada por la presión de tener que elegir a uno solo.

Entonces, en un acto de generosidad y amistad, la aguilucho propuso que los cuatro vivieran juntos en armonía, compartiendo el territorio y apoyándose mutuamente. Los tres amigos, emocionados y felices, aceptaron la propuesta y juntos formaron un inquebrantable lazo de amor y amistad en las alturas de las montañas. A partir de ese día, el cóndor, el águila real, el halcón peregrino y la aguilucho volaban juntos, cazaban juntos y cuidaban el territorio juntos, demostrando que el amor y la amistad pueden superar cualquier obstáculo.

Y colorín colorado, este trio amoroso y amistoso, ha vivido feliz para siempre en las alturas de las montañas argentinas.

FIN.

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