Tristeza y el Dia de las Lágrimas
En un lugar muy especial llamado Emociolandia, vivía una figura azul brillante llamada Tristeza. A diferencia de los demás personajes del lugar, que eran alegres y llenos de colores brillantes, Tristeza tenía un tono azul serene y suave que la hacía única. Aunque a algunos les parecía un poco extraña, Tristeza tenía una misión muy importante: ayudar a los demás a entender que llorar está bien y que las lágrimas son una parte natural de ser feliz.
Un día soleado, mientras Tristeza caminaba por el parque de Emociolandia, escuchó risas y gritos de alegría. Se acercó a donde estaban sus amigos, Alegría, Risa y Amistad.
"¡Hola, Tristeza! ¡Ven a jugar!" - exclamó Risa, saltando de felicidad.
"¡Sí! ¡Veremos quién puede correr más rápido!" - agregó Alegría, sonriendo.
Tristeza sonrió, pero sintió que algo le faltaba en el corazón.
"Gracias, amigos, pero hoy no me siento con ganas de correr. A veces me gustaría que también me entendieran, que no siempre me siento feliz."
Alegría se percató de que Tristeza parecía un poco melancólica.
"Pero ¿por qué no nos cuentas por qué te sientes así?" - preguntó Amistad, mientras los otros se acercaban con miradas curiosas.
Tristeza respiró hondo y decidió compartir su sentimiento.
"Hoy recordé una historia que me entristeció. Era un día muy especial porque era el aniversario de cuando una de mis amigas, Linda, se mudó a otro lugar. La extraño mucho y me gustaría que estuviera aquí."
Los amigos se miraron, comprendiendo que a veces las emociones tristes podían ser difíciles de manejar.
"Sabés que está bien sentirte así, ¿verdad?" - dijo Alegría con dulzura.
"Sí, pero a veces siento que debo ser feliz todo el tiempo porque la gente espera eso de mí."
"¡Eso no es cierto! Todos los sentimientos son importantes" - respondió Risa rápidamente "Podemos llorar y reír al mismo tiempo."
De repente, tuvieron una idea brillante.
- “¡Hagamos el Día de las Lágrimas! ” - propuso Amistad.
Todos miraron a Amistad, confundidos.
"¿El Día de las Lágrimas? ¿Por qué?" - preguntó Risa.
"Porque a veces la tristeza se queda guardada dentro, y si la compartimos, podemos sentirnos mejor, ¡y será un día en el que aceptaremos nuestras emociones!"
La idea entusiasmó a Tristeza, que empezó a sonreír.
- “¡Sí! ¡Podemos hacer un buffet de lágrimas! ” - sugirió Alegría divertida.
Así que los cuatro amigos se pusieron a trabajar en la organización del evento. Tristeza preparó una charla donde contaría a los demás lo maravilloso que puede ser llorar y liberar lo que sentimos. Juntos, decoraron el parque con globos azules y carteles que decían “Las lágrimas son hermosas” y “Llora, ríe, y todo estará bien”.
El día del evento, muchos habitantes de Emociolandia llegaron. Había personajes de colores brillantes, pero también algunos de tonos más suaves como Tristeza. Ella se puso un cartel en el pecho que decía “Solo porque lloro, no significa que sea triste”.
Cuando comenzó la charla, Tristeza tomó el micrófono y habló con todo su corazón.
"Cuando lloramos, estamos dejando que nuestros sentimientos fluyan. Es una manera hermosa de liberarnos, y todos deben saber que no están solos. El dolor es parte del viaje, y a veces escribirlo, hablar de ello o simplemente llorar lo hace más ligero."
Mientras hablaba, muchas figuras comenzaron a llorar, pero también sonreían. Recordaban situaciones que habían vivido. Algunos amigos de Tristeza, que nunca mostraban su tristeza, sintieron la necesidad de compartir historias y lágrimas también.
Al final del día, todos se unieron al parque, compartieron historias y abrazos, y hubo risas junto a lágrimas. Tristeza miraba a su alrededor y se sintió orgullosa.
"Gracias, amigos. ¡Hoy entendí lo especial que puede ser compartir nuestras emociones con los demás!" - dijo feliz.
"Nunca se trata solo de ser feliz. Se trata de ser auténtico y vivir lo que sentimos. ¡Felicidades por el Día de las Lágrimas!" - exclamó Risa, mientras todos aplaudían.
Desde ese día en adelante, los habitantes de Emociolandia no solo celebraron el Día de las Lágrimas, sino que también aprendieron a hablar de sus sentimientos a cualquier hora. Tristeza siempre estaría allí, con su color azul hermoso, recordándoles a todos que está permitido sentir y compartir sus emociones, porque en Emociolandia, ¡todos podían ser felices, incluso cuando lloraban!
Y así, Tristeza ayudó a cada corazón a entender que llorar era tan importante como reír; juntos, tejiendo un lugar donde todos pertenecieran.
FIN.