Trueque de frutas


Mariana era una niña muy curiosa y activa a quien le encantaba jugar en el parque y comer frutas frescas. Un día, mientras jugaba con sus amigos, se dio cuenta de que quería probar algo diferente para merendar.

"Chicos, ¿qué les parece si vamos a comprar una ensalada de frutas?", propuso Mariana emocionada. "¡Sí! ¡Buena idea!", respondieron sus amigos al unísono.

Entonces, todos juntos fueron a la tienda más cercana del barrio para comprar la ensalada de frutas. Pero justo cuando iban a pagarla, se dieron cuenta de que no tenían suficiente dinero. "Oh no... no alcanza", dijo Mariana decepcionada.

En ese momento apareció James, el dueño de la tienda, quien había escuchado su conversación y decidió intervenir. "¿Qué pasa chicos? ¿No tienen suficiente dinero?", preguntó James con una sonrisa amable en su rostro. "Sí... queremos comprar esta ensalada pero no nos alcanza", respondió Mariana apenada.

James pensó por un momento y luego dijo:"Bueno... tengo una idea. Si ustedes me ayudan a reagarrar las frutas del huerto detrás de mi casa, yo les regalo la ensalada".

Los niños aceptaron emocionados y rápidamente fueron al huerto detrás de la casa de James. Allí recogieron muchas frutas diferentes como manzanas, peras, naranjas y bananas. Fue un trabajo duro pero divertido porque compartieron risas y juegos entre ellos.

Cuando terminaron volvieron a la tienda donde James los estaba esperando con una sonrisa. "¡Miren todo lo que recogimos!", exclamó Mariana mostrándole las frutas a James. "¡Qué bien! Ahora podemos hacer una ensalada de frutas deliciosa", respondió James feliz.

Así, juntos prepararon la ensalada y se sentaron a disfrutarla en el parque. Fue un momento muy especial para los niños porque aprendieron el valor del trabajo en equipo y la importancia de compartir y colaborar entre ellos.

Desde entonces, cada vez que querían comprar algo pero no tenían suficiente dinero, recordaban la lección que les enseñó James aquel día: siempre hay una solución si trabajamos juntos y nos ayudamos mutuamente.

Dirección del Cuentito copiada!