Truz y el monstruo del bosque
No sabemos quién era Truz, ni qué hacía. Pero lo que sí sabemos es que su nombre se convirtió en leyenda, y es recordado hasta el día de hoy por su valentía y perseverancia.
En un pequeño pueblo rodeado de montañas vivía una familia humilde compuesta por la mamá, el papá y sus tres hijos: Juanito, Sofía y Tomás.
A pesar de las dificultades económicas, los niños eran felices jugando en el campo y ayudando a sus padres en las tareas del hogar. Un día, mientras buscaban leña para encender el fuego, escucharon un ruido extraño proveniente del bosque. Curiosos como eran, decidieron investigar. -¿Qué creen que sea ese ruido? -preguntó Sofía.
-No lo sé -respondió Juanito-, pero vamos a averiguarlo. Mientras avanzaban entre los árboles, se encontraron con una criatura extraña: era Truz. Tenía la piel verde brillante y unos ojos grandes e inteligentes que parecían mirar directamente al alma de quienes lo observaban.
-Hola chicos -dijo Truz con voz amable-. ¿Qué hacen por aquí? -Estábamos buscando leña para el fuego cuando escuchamos un ruido extraño -explicó Tomás-. Y entonces te encontramos a ti. -Oh ya veo -dijo Truz sonriendo-.
Bueno chicos, déjenme contarles algo: yo soy un viajero intergaláctico. He estado explorando diferentes planetas durante muchos años y he aprendido muchas cosas interesantes sobre la vida y el universo. Los niños estaban fascinados.
Nunca habían conocido a alguien como Truz. -¿Qué has aprendido, Truz? -preguntó Sofía. -Bueno, he aprendido que la vida es un regalo maravilloso y que debemos valorarla en todo momento.
También he aprendido que cada uno de nosotros tiene habilidades únicas y especiales, y que podemos usarlas para hacer el bien en el mundo. Los niños escuchaban atentamente mientras Truz les contaba sobre sus aventuras intergalácticas y las lecciones que había aprendido en su viaje. De repente, escucharon otro ruido extraño.
Esta vez era un sonido grave y amenazante proveniente de una cueva cercana. -¡Oh no! -exclamó Truz-. Ese es el sonido del temible monstruo del bosque. Es peligroso y puede hacernos daño si nos acercamos demasiado.
Pero los niños no se dieron por vencidos tan fácilmente. Habían aprendido mucho de Truz esa tarde, y estaban listos para enfrentar cualquier desafío. -¡No tengas miedo, Truz! -dijo Juanito con determinación-. Vamos a ayudarte a derrotar al monstruo del bosque juntos.
Y así fue como los cuatro amigos se adentraron en la cueva oscura para enfrentarse al monstruo del bosque. Fue una batalla difícil pero emocionante, donde cada uno usó sus habilidades únicas para ayudar al equipo a salir victorioso.
Al final del día, los niños regresaron a casa agotados pero felices. Habían hecho un nuevo amigo increíble llamado Truz, habían aprendido lecciones valiosas sobre la vida y el universo, y habían demostrado que juntos podían superar cualquier obstáculo.
Desde entonces, Truz se convirtió en un héroe en el pueblo. Los niños lo recordaban con cariño y admiración, y contaban su historia a todos los que querían escucharla.
Y aunque nunca volvieron a ver a Truz después de ese día, siempre recordaron las palabras sabias que les había dejado: "La vida es un regalo maravilloso. Valórala en todo momento".
FIN.