Turbulencia en el jardín de cuentos

Había una vez un jardín de infantes muy especial, donde los cuentos se mezclaban y las aventuras nunca terminaban. Allí, los niños y niñas aprendían jugando y descubrían el maravilloso mundo de la imaginación.

Un día, mientras todos estaban en clase, algo extraño sucedió. Los personajes de diferentes cuentos comenzaron a aparecer por todas partes: Caperucita Roja corría por el patio junto al Lobo Feroz, Hansel y Gretel se topaban con Blancanieves y los Siete Enanitos.

¡Todo era un caos! La maestra del jardín de infantes no sabía qué hacer para calmar a sus pequeños alumnos. Entonces, decidió que la mejor manera de resolver la situación era preguntarles a los propios personajes cómo habían llegado allí.

-¿Por qué están aquí? -preguntó la maestra a Cenicienta. -Yo estaba buscando mi zapato perdido cuando me encontré con el conejo blanco que me llevó hasta aquí -respondió ella.

-Bueno, entonces debemos encontrar al conejo blanco para que pueda devolverte a tu cuento -dijo la maestra. Así fue como comenzaron todos juntos una búsqueda en el jardín del cuento perdido.

Durante su camino se toparon con muchos obstáculos pero también encontraron nuevos amigos como Pinocho o La Bella Durmiente quienes también estaban perdidos en este extraño lugar.

Finalmente llegaron al final del camino donde encontraron al conejo blanco quien les explicó que se había confundido de puerta mágica mientras buscaba su zanahoria favorita y había puesto a todos en un gran lío. Pero con el trabajo en equipo lograron volver a cada uno de los personajes a sus cuentos originales.

Los niños del jardín de infantes aprendieron una valiosa lección sobre la importancia de trabajar juntos y ayudar a los demás. A partir de ese día, nunca más dejaron que los cuentos se mezclaran y vivieron felices para siempre.

Desde entonces, cada vez que recordaban esa aventura, sonreían sabiendo que habían sido capaces de resolver una situación difícil gracias al trabajo en equipo y la solidaridad entre amigos.