Uhu y la cascada perdida
Había una vez un pequeño búho llamado Uhu. Él vivía en un bosque mágico junto a su familia y amigos animales.
A pesar de ser uno de los más pequeños, Uhu era muy curioso y siempre estaba preguntando cosas nuevas. Un día, mientras volaba por el bosque con sus amigos, se encontraron con un árbol gigante que nunca habían visto antes. Uhu decidió que quería explorarlo y ver qué había dentro.
"Chicos, ¿me acompañan? ¡Quiero saber qué hay detrás de ese árbol!", dijo emocionado Uhu. "Uy, no sé si es buena idea", respondió su amigo el zorro. "Ese árbol parece peligroso".
Pero Uhu no se dejó intimidar por las palabras del zorro y siguió adelante, decidido a explorar el árbol gigante. Llegó hasta la raíz del árbol y comenzó a trepar por ella. "¡Cuidado Uhu! No te vayas a caer", gritó su amiga la ardilla desde abajo.
Pero Uhu continuó subiendo sin miedo alguno, emocionado por lo que podría encontrar en la cima del árbol. Finalmente llegó al tope del enorme tronco y allí descubrió algo sorprendente: una hermosa cascada de agua cristalina que bajaba por el otro lado del árbol.
Uhu quedó maravillado ante tanta belleza y decidió bajar para contarle a sus amigos lo que había visto.
Sin embargo, cuando intentó volver por donde había venido se dio cuenta de que se había perdido entre las ramas y no sabía cómo regresar. "¡Ayuda! ¿Alguien me puede ayudar a bajar?", gritó Uhu con miedo en su voz. Pero sus amigos no podían escucharlo desde abajo.
Uhu se sintió solo y asustado, pero decidió que tenía que encontrar una solución por sí mismo. Comenzó a explorar el árbol con cuidado hasta que encontró una pequeña rama que lo llevaba hacia otro árbol cercano. Uhu saltó de rama en rama, intentando mantenerse equilibrado mientras buscaba la salida del bosque.
Finalmente llegó al borde del bosque y allí encontró a sus amigos esperándolo con preocupación. "¡Uhu! ¡Estábamos tan preocupados por ti!", exclamó su amiga la ardilla, abrazándolo fuertemente.
"Lo siento chicos, me perdí en el árbol gigante", explicó Uhu avergonzado. Sus amigos lo consolaron y le dijeron que estaba bien. Le recordaron lo valiente que había sido al subir al árbol y cómo había encontrado una solución para salir del bosque cuando se perdió.
Eso hizo sentir mejor a Uhu y aprendió una gran lección: nunca rendirse ante los obstáculos y siempre buscar soluciones creativas para resolver problemas.
Desde ese día en adelante, Uhu se convirtió en un líder entre sus amigos animales gracias a su coraje e ingenio. Y siempre recordaría aquel momento especial donde descubrió la belleza escondida detrás de un simple árbol gigante.
FIN.