Ulises y el Viaje a las Estrellas
Era una tarde soleada en un pequeño pueblo argentino cuando Ulises, un niño curioso y soñador, miró al cielo y se preguntó qué habría más allá de su hogar. "¿Qué será lo que hay entre las estrellas?"- pensó, con los ojos llenos de emoción.
Un día, Ulises decidió que ya era hora de averiguarlo. Se llenó de valor y le dijo a su mejor amiga Lía: "Voy a construir una nave y viajar al espacio. ¡Quiero ver el sol y la luna de cerca!"-
Lía, que era muy lista, respondió: "¿Pero cómo lo vas a hacer? El espacio es enorme y está lleno de misterios"-.
Ulises sonrió. "Conoceré todo lo que pueda sobre el planeta. ¡Desde la litosfera hasta la atmósfera!"- Y así, empezaron a investigar. Descubrieron que la Tierra estaba compuesta de capas: la litosfera, que era la roca sólida; la hidrosfera, donde se encontraba el agua; y la atmósfera, que cuidaba a todos los seres vivos.
Mientras construían su nave con cajas y cartones, Lía dijo: "¿Sabías que hay un riesgo natural llamado terremoto?"-
Ulises asintió. "Sí, lo leí. Pero tenemos que ser valientes. ¡El conocimiento nos ayudará!"-
Cuando su nave estuvo lista, era hora de partir. Se metieron dentro de su pequeña creación y Ulises hizo algunos ruidos como si fuera un motor. "¡Despegamos!"- gritó mientras miraban al cielo. De repente, una nube de luces brillantes los rodeó y, ¡zas! , se encontraron flotando entre las estrellas.
"¡Mirá, Lía!"- exclamó Ulises, señalando un enorme sol amarillo. "Es más grande de lo que imaginaba."-
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"Y tan brillante, que me ciega un poco"- dijo Lía riendo.
De repente, vieron cómo la Tierra giraba lentamente. "Mirá el movimiento terrestre, parece que baila conmigo"- dijo Ulises con asombro.
Pero no todo fue perfecto, pues mientras jugaban entre los planetas, vieron un gran meteoro que se acercaba veloz. "¡Ulises, cuidado!"- gritó Lía asustada. "¡No podemos chocar con eso!"-.
Ulises respiró hondo y dijo: "Recuerda todo lo que aprendimos sobre las órbitas y las fases lunares. ¡Debemos maniobrar!"-
Usando lo que habían estudiado, lograron esquivar el meteoro. Aliviados, se dieron cuenta de lo importante que era el conocimiento para su aventura.
Finalmente, llegaron a un misterioso planeta lleno de agua brillante. "¡Es la hidrosfera en acción!"- dijo Ulises, maravillado.
"¡Vamos a explorarlo!"- propuso Lía, mientras se zambullían en el agua. Allí, encontraron criaturas marinas que les enseñaron sobre la vida bajo el agua.
Después de una larga jornada de aventuras, Ulises y Lía se sintieron cansados pero felices. "Quizás es bueno volver a casa"- dijo Lía. "Pero ahora sabemos que el planeta es un sistema viviente, cada parte tiene un propósito"-.
Así que subieron a su nave y con un último vistazo a las estrellas, volvieron a su Tierra. Habían aprendido tanto y prometieron nunca dejar de explorar. Ulises miró a Lía y dijo: "El universo es inmenso, pero siempre podemos seguir soñando y aprendiendo. Vamos a ser científicos "-.
Y así, los dos amigos empezaron una nueva aventura, llena de sueños y descubrimientos en cada rincón de su hogar, la Tierra.
FIN.