Un Amigo en Peligro



Era un día soleado en la pequeña ciudad de Tunjuelo, donde el río brillaba con su color azul y sus aguas danzaban felices. Los niños del barrio solían jugar en sus orillas, pescando pequeños peces y recolectando flores silvestres. Sin embargo, algo estaba cambiando. Las curtiembres cercanas habían comenzado a arrojar residuos en el río, y el agua comenzó a ensuciarse y a oler mal.

Un grupo de amigos, liderados por un curioso y valiente nene llamado Loyed Mines, pasaba sus días explorando el bosque junto al río. Loyed era un soñador y siempre se preocupaba por el medio ambiente. Un día, mientras caminaban por la orilla, notaron algo que les hizo fruncir el ceño.

"¡Miren!" - gritó Loyed, señalando el agua oscura. "¡El río está contaminado!"

"Sí, parece que algo malo está pasando" - respondió Clara, su mejor amiga. "Mis papás me dicen que las curtiembres ensucian el agua. Eso no está bien."

"Tenemos que hacer algo al respecto" - propuso Tomi, otro de sus amigos. "No podemos dejar que nuestro río se convierta en un basurero."

Loyed, decidido a salvar al Tunjuelo, tuvo una idea brillante. "Vamos a hablar con los dueños de las curtiembres. Tal vez no se dan cuenta del daño que están haciendo y puedan ayudar a repararlo".

Los amigos se organizaron y empezaron su aventura. Primero, se armaron de valor y decidieron hacer carteles con dibujos del río sano y feliz. Usaron colores brillantes y palabras como "¡Cuida el Río Tunjuelo!" y "¡Basta de Contaminación!".

"¡Esto les mostrará lo importante que es el río para nosotros!" - dijo Clara mientras pintaba su cartel.

El día siguiente, con carteles en mano, se dirigieron a las curtiembres. Antes de llegar, sus corazones latían aceleradamente.

"¿Y si no nos escuchan?" - preguntó Tomi, un poco nervioso.

"No importa. Haremos lo mejor que podamos" - respondió Loyed con determinación.

Al llegar, se encontraron con Don Santiago, el dueño de la curtiembre. Era un hombre canoso, de mirada profunda. Cuando lo vieron, se acercaron.

"¡Hola, Don Santiago!" - saludó Loyed, tratando de sonar seguro. "Queremos hablar con usted sobre el río. Está muy enfermo y creemos que las curtiembres podrían estar afectando su agua."

Don Santiago frunció el ceño, pero los miró con curiosidad. "¿Qué saben ustedes de esto, chicos?"

"Sabemos que si seguimos así, el río puede morir, y eso afectará a todos. Así no podremos jugar ni pescar más aquí!" - explicó Clara con lágrimas en los ojos.

El hombre se quedó pensando. Había estado tan ocupado y preocupado por su negocio, que no se había percatado del daño que estaba causando.

"¿Y qué proponen?" - preguntó finalmente.

Loyed, entusiasmado, les habló sobre cómo podrían transformar sus prácticas para ser más amigables con el medio ambiente.

"Podrían tratar el agua antes de lanzarla al río. Hay formas de hacerlo de manera que no contamine más. Y nosotros, como vecinos, nos comprometeremos a ayudar a educar a otros" - sugirió Loyed.

Don Santiago los escuchó atentamente. Finalmente, asintió. "Me gusta su idea. Empezaremos a trabajar en ello y buscaré la manera de mejorar nuestros procesos".

Los amigos celebraron la gran noticia, pero antes de irse, Loyed decidió hacer una última pregunta. "¿Nos ayudarían a limpiar el río?"

"Claro que sí" - prometió Don Santiago. "Haré lo posible para que todos se sumen a la causa y juntos hagamos de Tunjuelo un lugar mejor".

Días después, se organizó una gran limpieza en la que se unieron vecinos, niños, y sí, ¡también Don Santiago! Los chicos aprendieron sobre el reciclaje, la importancia de cuidar el agua y cómo un pequeño grupo de amigos podía inspirar un cambio.

El Tunjuelo volvió a brillar como antes, y los niños pudieron jugar y explorar sin preocupaciones. Loyed, Clara y Tomi descubrieron que la unión y la perseverancia podían hacer una gran diferencia.

"Gracias, Loyed, por ser tan valiente y luchar por lo que amas" - dijo Clara con una sonrisa.

"Y gracias a todos por escuchar y ser parte de esto" - respondió Loyed, sintiéndose felizmente satisfecho.

Desde aquel día, no solo el Tunjuelo volvió a ser un lugar hermoso, sino que también aprendieron que juntos podían enfrentar cualquier desafío que la vida les lanzara.

FIN.

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