Un Amigo Inesperado



Érase una vez, en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque, una joven llamada Bella. Bella era conocida por su amor por los libros y la lectura, lo que la hacía diferente a los demás. Ella anhelaba aventuras y soñar con mundos lejanos. Un día, mientras exploraba el bosque, se encontró con una misteriosa cabaña llena de plantas y flores mágicas. Al adentrarse, Bella no podía creer lo que veía.

"- ¡Qué lugar tan hermoso!", exclamó asombrada.

Pero de repente, un fuerte rugido resonó en la cabaña. Bella se dio vuelta y vio a una enorme bestia cubierta de pelaje espeso y con unos ojos tristes que reflejaban el dolor de estar solo.

"- ¿Quién eres? ¿Por qué has entrado en mi hogar?", gruñó la Bestia, sin poder ocultar su sorpresa.

"- Soy Bella, no quería molestar. Solo exploraba el bosque y...", respondió Bella, tratando de no dejarse llevar por el miedo.

Al principio, la Bestia parecía aterradora. Sin embargo, Bella notó que en su mirada había algo más que solo ferocidad. Había tristeza. Así que decidió quedarse un poco más.

"- ¿Por qué miras así?", preguntó Bella con curiosidad.

"- Nadie me quiere. Vivo aquí solo porque tengo un aspecto que asusta a todos. Pero en el fondo, solo deseo compañía", confesó la Bestia, su voz resonando con melancolía.

Bella, sintiendo compasión, se acercó despacio. "- Todos merecemos ser queridos por quienes somos, no por cómo lucimos. ¿Te gustaría mostrarme tu jardín? Puede que tenga algunas flores mágicas que te ayuden a sentirte mejor."

La Bestia la miró sorprendido. "- Nunca nadie me ha ofrecido eso. Está bien, ven, te mostraré."

Ellos se dirigieron al jardín, donde había plantas de colores brillantes y flores que brillaban como estrellas. Bella quedó maravillada.

"- ¡Es precioso! Nunca vi algo así. ¿Por qué lo escondías?", preguntó Bella al ver la belleza del lugar.

"- Porque tengo miedo de que las personas lo destruyan al igual que destruyeron mi corazón", explicó la Bestia con un suspiro.

"- ¿Por qué no intentamos cuidarlo juntos?", sugirió Bella con una sonrisa. "Podríamos invitar a otros a verlo y ayudar a que entre todos lo cuidemos."

"- ¿De verdad creen que eso funcionaría?", preguntó la Bestia con un atisbo de esperanza.

"- Claro. La belleza está en el interior, y yo creo que eres más que una Bestia. Eres especial", respondió Bella con entusiasmo.

Así fue como Bella y la Bestia empezaron a trabajar juntos en el jardín. Con el tiempo, otros del pueblo comenzaron a acercarse, intrigados por la luz que emanaba del lugar. Atraídos por la alegría de Bella y la belleza del jardín, crearon un vínculo con la Bestia, que poco a poco se fue transformando.

Un día, después de una gran fiesta que organizaron para celebrar la llegada de la primavera, la Bestia se sintió tan feliz que no pudo contener sus emociones.

"- Gracias, Bella. Nunca pensé que podría encontrar amistad, por tu valentía y bondad, hoy soy parte de la comunidad."

Pero un día, un viajero furtivo se adentró en el bosque y robó las flores mágicas. La Bestia se sintió angustiada al ver su jardín marchitarse.

"- ¡No puedo dejar que todo se pierda!", gritó la Bestia, volviendo a su apariencia temerosa.

"- No estás solo, cuenta conmigo, juntos recuperaremos lo que hemos perdido", dijo Bella. Juntos decidieron hacer un plan.

"- Necesitamos atraer al ladrón, quizás hay alguna forma de usar nuestras flores para que venga", sugirió Bella.

La Bestia pensó por un momento y dijo, "- Podemos crear una trampa usando las flores como cebo. Cuando venga, le hablaremos. Tal vez entienda el daño que causa."

Bella estaba de acuerdo y pasaron la noche preparando el plan. Al siguiente día, colocaron las flores en el camino. El ladrón, aprovechando la oportunidad, apareció de nuevo.

"- ¡Esas flores son mías!", gritó el ladrón, acercándose.

"- ¡Espera!", dijo Bella. "- Tú no sabes lo que has hecho. Estas flores son la vida de la Bestia y de todos nosotros. Si se marchitan, también lo hará la esperanza del bosque."

El ladrón, sorprendido al escuchar esas palabras, se detuvo. Luego de una charla con Bella y la Bestia, el ladrón se dio cuenta de su error; nunca había considerado las emociones de otros ni el daño que causaba.

"- Lo siento. No sabía lo que sucedía aquí. Me gustaría ayudar", dijo el ladrón, y se comprometió a replantar las flores que había tomado.

Así, gracias a la valentía de Bella y el cambio de corazón del ladrón, el jardín floreció de nuevo. La Bestia fue aceptada completamente en la comunidad, y con Bella a su lado, descubrió el poder de la amistad y la importancia de compartir su historia.

Desde ese día, Bella y la Bestia comenzaron a contar sus aventuras a los niños del pueblo, enseñándoles sobre la importancia de la empatía, la amistad y la belleza que hay en cada uno de nosotros, sin importar la apariencia. Y así, su amistad se convirtió en una leyenda, inspirando a generaciones por venir.

FIN.

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