Un Amistad Sorprendente



Era un hermoso día en el campo, cuando un burro llamado Buri decidió pasear por el prado. Mientras pastaba entre las flores, se topó con una extraña criatura. Era una largantija de color verde brillante y ojos chispeantes.

- ¡Hola! - saludó Buri con su voz burlona. - ¿Qué hacés por aquí, amiga reptil? ¿No tenés miedo de que te pise?

- ¡Hola, Burri! - contestó la largantija, que se llamaba Lila. - No te preocupes, soy rápida y puedo esquivarte. Además, a mí me gustan los grandes animales como vos. ¡Son muy divertidos!

Buri rió a carcajadas. Nunca había hecho una amiga tan peculiar. Desde aquél día, Lila y Buri comenzaron a pasarse horas juntos, compartiendo juegos y aventuras. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, Buri se preocupaba por el hecho de que todos sus amigos animalitos en la granja no aceptaran a Lila porque era diferente.

Un día, Buri llevó a Lila a conocer a sus amigos: las gallinas, los gatos y los cerdos. Al principio, todos se miraron con desconfianza.

- ¿Qué es eso? - preguntó una gallina con tono burlón. - ¡Una lizardia rara, mejor cuidate, Buri!

Lila se sintió tan triste porque no le daba miedo a Buri, pero sí a sus amigos.

- No te preocupes, Lila - le dijo Buri con dulzura. - Yo te defenderé.

**Un problema inesperado**: Un día, mientras exploraban juntos un bosque cercano, Buri y Lila se encontraron con un gran charco lleno de barro. Lila, con su agilidad, se aventuró a cruzarlo, pero se resbaló y cayó.

- ¡Ayuda! - gritó Lila, asustada. - ¡No puedo salir!

Buri, al escuchar el grito, corrió rápidamente hacia el charco.

- ¡No te preocupes! Voy a ayudarte - exclamó Buri.

Con mucho cuidado, se acercó al borde del charco y extendió su largo cuello.

- ¡Agarra mi cola y tira de vos misma! Yo te sostengo.

Lila, con un poco de esfuerzo, logró aferrarse a la cola de Buri, y con su ayuda, finalmente salió del barro.

- ¡Fuera de aquí! - dijo Lila con una sonrisa al verse libre.

- ¡Vamos! - exclamó Buri, feliz de que su amiga estuviera a salvo.

Lila, llena de gratitud, miró a Buri:

- Gracias, amigo. Sos un verdadero héroe.

**El gran día de la aceptación**: Inspirados por la valentía de Buri, otros animales comenzaron a notar lo simpática y divertida que podía ser Lila.

- ¡Es verdad! - exclamó una gallina. - Podría ser nuestra amiga.

- ¡Sí! - agregó un cerdito. - ¡Ella nos puede contar historias sobre el bosque y cómo evadir peligros!

Finalmente, al día siguiente, Lila fue invitada a un picnic en la granja, donde todos los animales compartieron comida y risas.

- Miren, ¡Lila trae ensalada de hojas frescas! - dijo uno de los gatos emocionado.

- ¡Y yo les traigo cuentos de hadas y dragones! - exclamó Lila mientras se acomodaba entre los animales. Por primera vez, todos comenzaron a disfrutar de su compañía, dando lugar a una gran amistad.

Desde ese día, Lila fue aceptada y querida por todos. Buri aprendió que, a veces, la amistad requiere valentía, y que lo que a primera vista puede parecer raro, en realidad puede crearse un vínculo especial. Juntos demostraron que la verdadera amistad no entiende de diferencias.

- ¡Vamos a explorar el mundo juntos! - gritó Buri con entusiasmo.

Y así, el burro y la largantija vivieron felices, aventurándose juntos y aprendiendo de sus diferencias, siempre firmes en su lazo que nada podía romper.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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