Un Amor de Otro Mundo



En un rincón del universo, en el planeta llamado Darky, vivía Sofía, una niña con cabellos de colores brillantes y ojos llenos de estrellas. Sofía no era una niña común; tenía un don especial: podía hacer que todo lo que tocaba cobrara vida. Una tarde, mientras recogía flores en el bosque de chupetines, conoció a Luis, un chico de la Tierra que exploraba el universo con su cometa.

- ¡Hola! - saludó Sofía, moviendo su mano y haciendo que las flores danzaen al ritmo de una melodía mágica.

- ¡Hola! - respondió Luis, maravillado. - ¿Qué estás haciendo?

- Estoy creando música con la naturaleza. - respondió ella, sonriendo.

Luis quedó fascinado por la energía que emanaba Sofía. Era como si cada palabra y gesto de ella estuvieran llenos de alegría y amor. Desde ese día, pasaron mucho tiempo juntos, explorando las maravillas de Darky.

Pero había un pequeño problema. Sofía a veces se sentía insegura, como si no encajara del todo en su propio mundo.

- ¿Por qué te sientes así, Sofía? - preguntó Luis un día mientras armaban una cabaña con ramas de arcoíris.

- En Darky, todos hacen cosas asombrosas, y a veces pienso que yo no soy tan especial. - dijo ella, mirando al suelo.

Luis, valiente y con el corazón lleno de amor, respondió:

- ¡Pero tú eres única! - exclamó. - ¡Eres la mejor artista del mundo! ¿Quién más puede hacer que las flores bailen?

Esa conversación encendió una chispa en el corazón de Sofía. Comenzó a explorar su talento, y pronto realizó una linda exhibición de arte en el bosque. La noticia se esparció, y muchos habitantes de Darky vinieron a verlo. Sofía se sintió orgullosa mientras sus flores bailaban al son de su música.

Meses pasaron, y un día, mientras estaban sentados juntos bajo un árbol de galletas, Luis tomó la mano de Sofía y le dijo:

- Sofía, quiero que seas mi novia. -

- ¡Sí! - gritó ella, llena de alegría.

Con su amor fortaleciéndose cada día, Luis decidió dar un paso más. Preparó una sorpresa en el parque de estrellas.

- Sofía, eres el sol de mi vida. - dijo Luis, mientras se arrodillaba. - ¿Te gustaría casarte conmigo?

Sofía se llenó de felicidad y aceptó con lágrimas de alegría:

- ¡Sí, Luis! ¡Por siempre juntos!

La boda fue mágica. En el aire flotaban globos de chicle y los árboles susurraban melodías de amor. Sofía se sentía más especial que nunca, y Luis descubrió que había encontrado a la mujer más extraordinaria del universo. Juntos, vivieron muchas aventuras.

Un día, mientras caminaban, Luis le dijo:

- Sofía, creo que cada persona tiene una 'sofía interna', algo único que los hace brillar. -

- ¡Es cierto! - respondió ella. - Y gracias a vos, he descubierto la mía. ¡La de compartir y hacer feliz a los demás!

Luis y Sofía decidieron crear un taller de arte en Darky donde todos pudieran aprender a expresar su creatividad, ayudando a otros a encontrar su brillo interno, al igual que Sofía lo había descubierto.

Así, Luis y Sofía no solo vivieron felices en su mundo, sino que también se convirtieron en fuente de inspiración para todos en Darky. Y la magia de su amor sigue brillando hasta el día de hoy, agregando colores y melodías a la vida de quienes los rodean.

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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