Un Amor de Todo Corazón
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Jardín Soñado, donde los árboles danzaban con el viento y las flores cantaban al sol, dos personas que soñaban con un amor imposible. Roberta, una joven apasionada por la música, siempre llevaba su guitarra a cuestas. Sus melodías llenaban el aire de alegría y esperanza. Mateo, por otro lado, era un poeta sensible que adoraba escribir bajo la sombra de un viejo roble, creando versos que tocaban el alma.
Un día, mientras Roberta tocaba una hermosa canción en el parque, Mateo se quedó maravillado. Se acercó despacio, con la intención de acercarse, y le dijo:
- “¡Qué música tan bella! Me siento inspirado solo al escucharla.”
Roberta sonrió y respondió:
- “Gracias, me encanta tocar para quien se detiene a escuchar. ¿Y tú? ¿Qué escribís bajo ese roble? ”
- “Le doy vida a mis pensamientos, a veces me siento un poco perdido y en mis poemas encuentro respuestas.”
Desde ese día, Roberta y Mateo comenzaron a encontrarse en el parque. Cada tarde, él le recitaba sus versos y ella le regalaba melodías. Sin embargo, había un problema: Roberta soñaba con ser una gran artista y viajar por el mundo, mientras que Mateo deseaba quedarse en su pueblo y continuar escribiendo.
Un día, cuando ya eran grandes amigos, Roberta le dijo a Mateo:
- “Mis sueños son grandes, quiero tocar en grandes escenarios. Pero no sé si podré hacerlo sola.”
- “Siempre habrá un lugar para los sueños en tu corazón, Roberta. No dejes que nada ni nadie te detenga.”
Motivada por las palabras de Mateo, Roberta decidió inscribirse en un concurso musical en la ciudad. La noticia la llenó de emoción, pero también de miedo. Pero Mateo, siempre azorado por su energía, le dijo:
- “Nada es imposible si tienes el coraje para hacerlo. Yo estaré aquí, apoyándote.”
La noche del concurso, Roberta se presentó en el escenario. Sus manos temblaban, pero cuando comenzó a tocar, se sintió como en casa. La música la envolvía y la hacía brillar. Sin embargo, al momento de recibir el premio, la felicidad se tornó en confusión.
Al recordar a Mateo, Roberta comenzó a darse cuenta de que su corazón latía por él. Pero él había decidido ayudarla en su camino y no quería que su amor interfiriera. Entonces, al ver que Roberta estaba más feliz que nunca, Mateo tomó una decisión dolorosa.
Cuando Roberta regresó del concurso, él le dijo:
- “Querida Roberta, estoy tan orgulloso de ti. Sé que ahora lo lograrás todo, pero creo que nuestra historia aquí debe terminar. No quiero ser un obstáculo en tus sueños.”
Roberta se quedó con el corazón roto y le retó:
- “No digas eso, Mateo. No puedo dejar de sentir lo que siento por vos.”
- “Los caminos de los sueños a veces nos alejan, pero siempre podrás contar conmigo. Así que volá alto y no mires atrás.”
Desconsolada, Roberta decidió seguir adelante. Se convirtió en una gran artista, pero siempre llevaba en su corazón a Mateo. Con el tiempo, sus caminos se cruzaron en el festival de poesía de Jardín Soñado. Mateos, con sus poemas llenos de vida, logró que Roberta entendiera que a veces el amor verdadero se manifiesta en formas inesperadas. Aunque su amor era imposible, lo que compartieron fue único y especial.
Finalmente, Roberta y Mateo aprendieron que los amores imposibles pueden abrazar una hermosa amistad. Se dieron cuenta de que a pesar de la distancia y los sueños, el amor auténtico siempre encontrará la forma de brillar.
FIN.