Un Amor del Lago



En un hermoso pueblo ucraniano, rodeado por montañas y campos verdes, vivía un joven kosako llamado Oleksii. Oleksii era conocido por su valentía y su amor por la aventura, pero también tenía un corazón gentil y soñador. Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su hogar, siguió el sonido de un dulce canto que provenía de un lago resplandeciente.

Al acercarse, Oleksii quedó maravillado al ver a una bella Rusalka, cuya mirada era tan profunda como el agua del lago. Su cabello fluía como algas danzantes y su voz era como la melodía de las olas.

"- ¿Quién eres, dulce sirena? - preguntó Oleksii, con los ojos llenos de asombro.

"- Soy Lilia, la Rusalka de este lago - respondió ella con una sonrisa. - A menudo, vengo aquí a cantar y jugar con las hojas. Y tú, ¿quién eres?"

"- Soy Oleksii, un kosako del pueblo. Me encanta explorar la naturaleza y encontrar secretos escondidos," dijo él, sintiendo que su corazón latía con fuerza.

Los días pasaron y Oleksii regresaba al lago todos los días. Cada encuentro con Lilia era mágico y su amistad se profundizaba. Pero había un problema: el lago y el bosque estaban protegidos por un hechizo que impedía a los humanos pasar más de unas pocas horas allí. Si un humano se quedaba demasiado, podría perder su camino de regreso y quedar atrapado para siempre.

Un día, mientras paseaban por la orilla del lago, Lilia le dijo: "- Oleksii, siento que este lugar se vuelve más especial con cada día que pasamos juntos. Pero, temo que nuestro tiempo se está acabando..."

"- No puedo imaginar mi vida sin verte, Lilia. Quiero encontrar la manera de estar contigo siempre, - exclamó él, decidido a no rendirse.

Lilia sonrió con tristeza y le contestó: "- Necesitamos un plan. Se dice que el espíritu del bosque puede ayudarnos, pero es caprichoso y solo aparece a quienes le demuestran un verdadero amor y valentía."

Oleksii decidió que debía hacer algo grande. Pasó noches buscando flores especiales en el bosque que crecían bajo la luz de la luna, creyendo que estas serían de ayuda. Mientras recogía las flores, un zorro apareció delante de él.

"- ¿Qué estás haciendo, joven kosako? - preguntó el zorro.

"- Estoy buscando flores mágicas para ayudar a mi amiga Lilia. Quiero encontrar la manera de quedarnos juntos siempre, - respondió Oleksii con firmeza.

"- La magia viene del corazón, no de las flores. Debes mostrar tu amor con un acto valiente. El tiempo que pasaste con ella ya cuenta mucho, - dijo el zorro antes de desaparecer en la espesura del bosque."

Con esa sabiduría en mente, Oleksii planeó su acto de valentía. En la noche de luna llena, se acercó a la orilla del lago y, con voz firme, llamó al espíritu del bosque. "- ¡Espíritu del bosque, escucha! He venido a pedir tu ayuda. Lilia y yo queremos estar juntos. Estoy dispuesto a enfrentar cualquier prueba que me pongas para demostrar mi amor!"

El aire se volvió denso y en un remolino de hojas apareció un espíritu que dijo: "- Para poder estar juntos, deberás atravesar tres pruebas. Deberás demostrar tu valentía, tu lealtad y tu amor verdadero. ¿Estás listo?"

"- Estoy listo," respondió Oleksii, sin dudar.

La primera prueba era enfrentar su miedo. Al borde del lago, había un árbol que decían que estaba maldito, y Oleksii debió acercarse a él. Con el corazón palpitante, se plantó frente al árbol y tocó su tronco. De repente, el árbol comenzó a florecer y se llenó de vida.

"- ¡Muy bien! - dijo el espíritu. - Has enfrentado tu miedo con valentía."

La segunda prueba era demostrar lealtad. El espíritu le pidió que se separara de Lilia, por unas horas. Oleksii tuvo que alejarse del lago. Con tristeza, caminó, pero su corazón siempre estaba junto a Lilia.

Finalmente, el espíritu le hizo una última pregunta: "- ¿Qué harías por amor?"

Oleksii miró el lago y dijo: "- Haría cualquier cosa para estar con Lilia, incluso sacrificaría mi tiempo, mis aventuras, si eso significa que ella pueda ser feliz."

El espíritu sonrió. "- Tu amor es verdadero y puro. Está bien, dejaré que Lilia y tú estén juntos por siempre, pero recuerda, la valentía y el amor no solo se demuestran en aventuras, sino en los actos pequeños del día a día."

Oleksii sonrió, y en un instante, Lilia apareció a su lado. Ambos se miraron llenos de alegría, sabiendo que tenían la oportunidad de vivir juntos y crear recuerdos eternos. El amor y la valentía habían triunfado.

Desde entonces, Oleksii y Lilia disfrutaron de su tiempo juntos, aprendiendo uno del otro y compartiendo aventuras. El bosque y el lago continuaron siendo un lugar mágico, donde el amor se celebraba y la amistad florecía. Y así, el kosako y la rusalka vivieron felices, recordando siempre que la verdadera magia se encuentra en los corazones valientes y amorosos.

FIN.

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