Un Amor en el Campo de Juego


Había una vez en un instituto muy especial, donde Valeria era parte del equipo de animadoras y siempre destacaba por su alegría y entusiasmo.

Pero había algo que la tenía pensando todo el día: le gustaba un chico del equipo de fútbol, Martín. Valeria nunca se atrevió a hablarle a Martín, ya que era tímida y sentía mariposas en el estómago cada vez que lo veía jugar en la cancha.

Pero un día, decidió armarse de valor y hacer algo al respecto. Un viernes por la tarde, durante el entrenamiento de fútbol, Valeria se acercó a Martín con una sonrisa nerviosa en el rostro. "- ¡Hola Martín! ¿Cómo estás?", dijo Valeria tímidamente.

Martín la miró sorprendido pero con una sonrisa amable respondió: "-Hola Valeria, estoy bien gracias. ¿Qué te trae por aquí?"Valeria respiró hondo y le confesó a Martín lo mucho que le gustaba y lo admiraba por su talento en la cancha.

Para su sorpresa, Martín también sintió lo mismo por ella todo este tiempo. Desde ese día, Valeria y Martín comenzaron a salir juntos y compartieron momentos increíbles apoyándose mutuamente en sus actividades extracurriculares.

Valeria seguía siendo parte del equipo de animadoras mientras Martín brillaba en cada partido de fútbol. Pero un día, antes de un importante partido del equipo de fútbol, Martín se torció el tobillo durante el entrenamiento. Estaba desanimado y preocupado porque no podría jugar.

Valeria recordó cómo Martín siempre la apoyaba cuando ella necesitaba ánimo para las competencias de animadoras. Entonces, decidió actuar. Reunió al equipo de animadoras e idearon una coreografía especial para animar a Martín desde las gradas.

El día del partido llegó y mientras los jugadores entraban al campo, las animadoras realizaron la coreografía sorpresa dedicada a Martín. Él se emocionó tanto que sintió fuerzas renovadas para jugar.

Con el ánimo extra brindado por Valeria y las demás animadoras desde las gradas, el equipo de fútbol ganó el partido con una actuación extraordinaria de Martín quien anotó el gol decisivo. Desde ese día en adelante, Valeria aprendió que con valentía y apoyo mutuo se pueden lograr grandes cosas.

Y así vivieron felices disfrutando juntos cada momento especial que les regalaba la vida en aquel instituto tan especial donde los sueños se hacían realidad.

Dirección del Cuentito copiada!