Un Amor en la Sala de Urgencias



Era un día tranquilo en el hospital, el sol brillaba por la ventana de la sala de urgencias. Al entrar, el doctor Lucas, un joven médico con una gran sonrisa, se dio cuenta de que era su primer día de trabajo desde que se graduó. Estaba nervioso, pero emocionado por ayudar a las personas. Mientras revisaba unos registros, su mirada se cruzó con la de Sofía, una enfermera dedicada y apasionada por su labor. Sus ojos se iluminaron al verse por primera vez.

"Hola, soy Lucas", dijo el doctor, estirando la mano con una sonrisa.

"Mucho gusto, Lucas. Soy Sofía. Bienvenido al equipo".

A partir de ese momento, Lucas y Sofía comenzaron a trabajar juntos muy contentos. Pasaban horas asistiendo a los pacientes y colaborando en cada situación. Con el paso del día, su conexión creció como un hermoso ramito de flores. Sofía, con su energía y dedicación, le enseñaba a Lucas a ser más empático con los pacientes.

Un día, un niño llamado Tomás llegó a urgencias con una pierna lastimada por un accidente en su bicicleta. Estaba muy asustado y llorando.

"No te preocupes, Tomás, estoy aquí para ayudarte", le dijo Sofía, arrodillándose a su lado.

"¿Me va a doler mucho?", preguntó el niño entre sollozos.

"No, pero va a ser un poquito incómodo. Vamos a cuidar de ti juntos, yo estaré a tu lado", agregó Lucas mientras se acercaba.

Tomás miró a Sofía y Lucas con algo de duda, pero luego asintió. Los dos trabajaron juntos para curarle la pierna mientras contaban historias divertidas de sus propias experiencias en bicicleta. El niño, poco a poco, se fue relajando y antes de que se diera cuenta, ya estaba riendo. Cuando terminaron de atenderlo, Tomás sonrió al ver que podía volver a su hogar.

"Gracias, doctores", dijo mientras salía.

"Las enfermeras hacen magia", respondió Sofía guiñándole un ojo.

Esa noche, mientras estaban tomando un café en la sala del descanso, Lucas y Sofía se sentaron cerca uno del otro. La atmósfera en el aire era especial, y decidieron compartir un poco de sus sueños.

"Siempre quise ayudar a la gente y ser parte de un cambio positivo en la vida de los demás", confesó Lucas.

"Yo siempre soñé con ser enfermera para brindar cariño a los pacientes, para que sepan que no están solos", contestó Sofía, sonriendo.

Sus miradas se encontraron de nuevo, y Lucas sintió que su corazón latía con más fuerza.

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"Me hace feliz compartir este lugar contigo", dijo Lucas, sintiendo que el momento era adecuado para decirlo.

"A mí también, creo que estamos formando un gran equipo", dijo Sofía, sintiendo la misma chispa.

Sin embargo, no todo era tan simple. Una semana más tarde, comenzaron a escucharse rumores de cambios en el hospital. Un nuevo director médico llegaba, y muchos decían que iba a hacer importantes reestructuraciones. Lucas estaba preocupado porque podría ser asignado a otra área, lejos de Sofía.

"Dijeron que van a reorganizar a los médicos y enfermeras”, le contó Lucas a Sofía, apenado.

"No podemos dejar que esto nos afecte. Lo importante es lo que hemos construido como equipo, ¿no?", dijo Sofía tratando de tranquilizarlo.

"Sí, pero lo que siento por vos es más que un simple trabajo", Lucas respondió, mientras una luz de esperanza brillaba en sus ojos.

El día de la reunión llegó y el director anunció que todos serían reubicados, pero había una buena noticia: ¡Sofía y Lucas serían asignados a la misma sala de pediatría! Ambos sonrieron al escuchar la noticia y la alegría llenó el ambiente.

"¡Eso es increíble!", exclamó Sofía.

"Significa que podremos seguir ayudando juntos", añadió Lucas, sintiendo alivio.

A partir de ese día, Lucas y Sofía no solo compartían su trabajo, sino que su amor por ayudar a otros se transformó en una hermosa relación.

"Estamos contigo en cada paso, Tomás", le dijeron al niño cuando regresó al hospital por una revisión, y juntos hicieron un gran equipo, con el objetivo de hacer sonreír a todos los niños.

Y así, Lucas y Sofía no solo encontraron el amor en la sala de urgencias, sino que se dieron cuenta de que juntos podían hacer un impacto positivo en la vida de muchos, trabajando con alegría y dedicación. Todo eso gracias a su encuentro inesperado en el hospital, donde el amor y el cuidado brillaban más intensos que jamás.

FIN.

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