Un amor sin barreras


Había una vez un niño llamado Tración, que vivía en un pequeño pueblo de Argentina. Tración era un chico muy especial, ya que tenía retraso mental.

A pesar de esto, siempre tenía una sonrisa en su rostro y disfrutaba cada día al máximo. Tración tenía dos amigas muy cercanas, Sofía y Carolina. Juntos pasaban la mayor parte del tiempo jugando y riendo sin preocuparse por nada más.

Sin embargo, cuando llegó la adolescencia, las cosas comenzaron a cambiar. Sofía y Carolina empezaron a conocer nuevas personas y se hicieron amigas de otras chicas populares en el colegio. Poco a poco, fueron dejando de lado a Tración debido a su condición especial.

Esto hizo que Tración se sintiera triste y solo. Un día, mientras caminaba por el parque pensativo, conoció a Milagros, una chica encantadora de otro pueblo. Milagros también tenía una discapacidad intelectual pero eso no les impidió conectar instantáneamente.

Desde ese momento, Tración y Milagros se volvieron inseparables. Pasaban horas hablando sobre sus sueños y metas para el futuro.

Aunque vivían en pueblos diferentes y tenían una relación a distancia, encontraron la manera de mantenerse conectados mediante cartas escritas con mucho amor. Pero la vida aún les tenía preparada otra sorpresa: Sofía y Carolina comenzaron a darse cuenta del error que habían cometido al alejarse de su querido amigo Tración.

Se dieron cuenta de lo importante que era tenerlo en sus vidas nuevamente. Un día decidieron visitar a Tración para pedirle disculpas y decirle cuánto lo extrañaban. Al llegar, se encontraron con Tración felizmente jugando con Milagros en el parque.

Fue entonces cuando Sofía y Carolina comprendieron que la verdadera amistad no tiene barreras ni prejuicios. "Tración, nos hemos dado cuenta de lo equivocadas que estábamos al alejarnos de ti", dijo Sofía entre lágrimas. "Sí, realmente te extrañamos mucho", agregó Carolina.

Tración sonrió y abrazó a sus amigas mientras les decía:"No se preocupen, siempre serán mis amigas. Además, ahora también tengo a Milagros en mi vida". Desde ese día, Tración, Sofía, Carolina y Milagros formaron un grupo inseparable.

Aprendieron a valorar las diferencias de cada uno y a apoyarse mutuamente sin importar las dificultades que enfrentaran. Con el tiempo, Tración logró superar muchas barreras gracias al amor y apoyo incondicional de sus amigos.

Juntos demostraron que la verdadera amistad puede romper cualquier obstáculo y enseñaron a los demás la importancia de respetar y aceptar a todas las personas tal como son. Y así fue como Tración encontró su lugar en el mundo rodeado de amor y amistad verdadera.

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