Un Bebé en la Puerta



Era un día soleado en un pequeño pueblo, cuando una pareja llamada Martín y Sofía decidió dar un paseo por las calles tranquilas. Era un momento especial para ellos, ya que habían estado buscando un nuevo integrante para su familia. Se sentían emocionados, pero también un poco tristes, porque no lograban hacer realidad su sueño de ser padres.

Mientras caminaban, llegaron a una casa antigua y abandonada. De repente, Sofía escuchó un suave llanto.

"¿Escuchaste eso, Martín?", preguntó Sofía con ojos grandes de sorpresa.

"Sí, parece que hay alguien ahí. Vamos a ver", contestó Martín, llevando a Sofía de la mano.

A medida que se acercaban, el llanto se hizo más fuerte. Se asomaron a la puerta de la casa y, para su asombro, encontraron a un pequeño bebé envuelto en una manta. Él los miró con grandes ojos, como si supiera que estaba a salvo.

"¿Qué hacemos?", preguntó Sofía con preocupación.

"No podemos dejarlo aquí. Necesita ayuda. Vamos a llevarlo con nosotros y encontrar una solución", respondió Martín decidido.

Sin dudarlo, Martín tomó al bebé en sus brazos. Era tan pequeño y adorable. Sofía no podía contener las lágrimas de felicidad.

"¿Qué nombre le vamos a poner?", preguntó Sofía mientras caminaban hacia su casa.

"Podríamos llamarlo Lucas. Me gusta", dijo Martín con una sonrisa.

Cuando llegaron a casa, no podían creer lo que acababan de hacer. Estaban nerviosos, pero la alegría de tener a Lucas los llenaba de energía.

"¿Cómo vamos a cuidarlo?", se preguntó Sofía mientras preparaban un lugar para él.

"Podemos preguntarle a nuestros amigos si tienen consejos. Ellos podrán ayudarnos", sugirió Martín.

Y así fue como se llenaron de amor y apoyo de parte de sus amigos. Ellos les enseñaron cómo darle de comer, cómo cambiarle los pañales y cómo hacerlo dormir. Cada día era una aventura nueva.

Un día, cuando Lucas ya estaba más grande y empezaba a dar sus primeros pasos, la pareja recibió una visita inesperada. Era la policía.

"Hola, nosotros estamos buscando a un bebé que fue dejado en la puerta de una casa abandonada. ¿Han visto algo?", preguntó un oficial.

El corazón de Sofía y Martín latía con fuerza. Ellos se miraron profundamente, sabiendo que debían contar la verdad.

"Nosotros encontramos a Lucas y lo hemos cuidado desde entonces. Lo amamos mucho", dijo Sofía valientemente.

"Él es parte de nuestra familia", añadió Martín.

Los oficiales sonrieron, viendo el amor que la pareja tenía por el pequeño. Pero después de hablar con ellos, les explicaron que tenían que verificar si había algún familiar que quisiera volver a tener a Lucas.

"Nosotros queremos a Lucas. Lo hemos cuidado y lo amamos", insistió Martín con tristeza.

"Es comprensible. Sin embargo, debemos hacer una investigación", respondió el oficial.

Ese día fue emocional. Sofía y Martín se pasaron horas observando a Lucas jugar, sintiendo que cada sonrisa de él era un regalo. Unos días más tarde, la policía regresó.

"Queremos informarles que, después de investigar, hemos encontrado que no hay familiares que reclamen a Lucas. Por lo tanto, si ustedes están dispuestos a adoptarlo, sería lo mejor para él", anunció la oficial con una gran sonrisa.

"¡Sí! ¡Lo queremos!", gritaron Martín y Sofía al unísono, llenos de alegría.

Así fue como Lucas se convirtió oficialmente en parte de la familia. Un niño alegre y travieso que llenó su hogar de risas y amor. Martín y Sofía aprendieron que el verdadero amor puede encontrarse en los lugares más inesperados, y que ser padres no solo significa dar vida, sino también cuidar y proteger lo que más amamos.

Y aunque la historia de Lucas comenzó de manera diferente, con el tiempo se llenó de amor y felicidad, demostrando que cada final puede ser un nuevo comienzo si se tiene amor en el corazón.

FIN.

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