Un Bosque Lleno de Bondad
En un hermoso bosque mágico, vivía una bruja llamada Morgana. Morgana era conocida por ser muy sabia y poderosa, pero también tenía un corazón bondadoso.
Pasaba sus días en su pequeña cabaña rodeada de libros de hechizos y pociones. Un día, mientras exploraba el bosque, Morgana encontró un viejo caldero abandonado entre los árboles.
Al acercarse, vio algo brillante en el fondo del caldero: ¡era una varita mágica! Sin pensarlo dos veces, la tomó y decidió llevarla a casa. Al llegar a su cabaña, Morgana comenzó a estudiar el libro de hechizos más antiguo que tenía. Quería aprender cómo usar la varita correctamente para ayudar a los demás.
Después de horas de lectura y práctica, finalmente se sintió lista para probar sus nuevos conocimientos. Morgana salió al bosque con su varita en mano y se encontró con un grupo de adas jugando entre las flores.
Se acercó a ellas con una sonrisa amistosa y les dijo: "¡Hola queridas adas! He descubierto esta maravillosa varita mágica y estoy deseando hacer cosas especiales con ella". Las adas se emocionaron mucho al escuchar esto y le pidieron a Morgana que les enseñara algunos hechizos divertidos.
Juntas crearon burbujas gigantes que flotaban por todo el bosque e hicieron aparecer flores multicolores donde antes solo había hierba. Sin embargo, no todo fue diversión ese día. Mientras caminaban por el bosque, encontraron a un conejito herido.
Tenía una patita lastimada y no podía moverse. Morgana se acercó con cuidado y le susurró al oído: "No te preocupes, pequeño conejito, usaré mi magia para ayudarte".
Morgana tomó su varita y realizó un hechizo sanador sobre la patita del conejito. Al instante, el dolor desapareció y el conejito pudo saltar de alegría. Las adas aplaudieron emocionadas por la buena acción de Morgana.
A medida que avanzaba el día, Morgana se dio cuenta de que tenía un poder especial en sus manos. No solo podía hacer cosas divertidas con su varita mágica, sino que también podía ayudar a otros seres vivos. Se sintió feliz y decidida a utilizar su magia para hacer el bien.
En los días siguientes, Morgana recorrió el bosque ayudando a todos aquellos que necesitaban su magia. Curaba animales heridos, hacía crecer flores en los jardines descuidados y reparaba cosas rotas con solo un movimiento de su varita.
El bosque mágico estaba lleno de alegría gracias a las buenas acciones de Morgana. Los animales le tenían mucho cariño y las adas siempre estaban dispuestas a aprender más sobre la magia bondadosa.
La historia de Morgana se extendió más allá del bosque mágico y llegó a oídos del rey del reino vecino. Quedó impresionado por las habilidades de la bruja y decidió invitarla al castillo para enseñarle a sus sirvientes cómo usar la magia de forma responsable y benevolente.
Morgana aceptó gustosa y se convirtió en una maestra de magia para todo el reino. Inspiró a muchas personas a utilizar sus habilidades mágicas para ayudar a los demás y hacer del mundo un lugar mejor.
Y así, gracias a Morgana y su varita mágica, el bosque mágico y el reino vivieron felices para siempre, llenos de bondad, alegría y magia benevolente.
FIN.