Un Bosque Mágico
Había una vez en un lejano bosque encantado, un conejito llamado Tito que era muy especial. Tito era diferente a los demás animalitos del bosque, ya que veía el mundo de una manera única y maravillosa.
Un día, mientras Tito exploraba el bosque en busca de bayas para su merienda, se encontró con un pajarito llamado Pipi. Pipi estaba construyendo su nido y parecía estar teniendo problemas para colocar las ramitas en su lugar.
"Hola, ¿necesitas ayuda?" preguntó amablemente Tito. "Oh, sí por favor", respondió Pipi con una sonrisa. Tito ayudó a Pipi a terminar su nido, utilizando su increíble habilidad para ordenar las ramitas de manera perfecta.
Pipi quedó asombrado por la destreza de Tito y le agradeció con un canto melodioso. A partir de ese día, Tito y Pipi se convirtieron en grandes amigos. Juntos exploraban el bosque, descubriendo rincones secretos y compartiendo momentos inolvidables.
A pesar de ser tan diferentes en muchos aspectos, se complementaban perfectamente. Un día, mientras jugaban cerca de un arroyo cristalino, Tito le confesó a Pipi que a veces se sentía confundido porque no siempre entendía las señales que los demás animales enviaban.
"No te preocupes", dijo Pipi con cariño, "todos somos únicos y especiales a nuestra manera. Lo importante es ser fiel a ti mismo y aceptarte tal como eres".
Las palabras de Pipi resonaron en el corazón de Tito y poco a poco comenzó a comprender que su forma de ver el mundo era valiosa y hermosa. Aprendió a comunicarse mejor con sus amigos del bosque y descubrió nuevas formas de expresar sus emociones.
Con el tiempo, Tito se convirtió en un ejemplo para todos los animalitos del bosque al demostrarles que la diversidad es algo maravilloso que nos enriquece como comunidad.
Y así, entre risas y aventuras, Tito comprendió que ser diferente no era algo malo; al contrario, era lo que lo hacía único e inigualable. Y desde entonces vivió feliz siendo él mismo cada día. Y colorín colorado este cuento terapéutico ha terminado pero recuerda: ¡siempre sé tú mismo!