Un cambio de actitud


Caperucita moderna era una niña mimada y maleducada que no respetaba a nadie a su alrededor. Constantemente desafiaba las normas de su casa y era grosera con todos los que se cruzaban en su camino.

Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con el amable señor Lobo. - ¡Fuera de mi camino, animal! -le gritó Caperucita, empujando al raro lobo con desdén.

El señor Lobo, sorprendido por la actitud de la niña, decidió no hacerle caso y siguió su camino. Sin embargo, algo en su interior le decía que esa niña necesitaba aprender una lección. Mientras tanto, Caperucita llegó a la casa de su abuelita. - ¡Abuelita! -gritó Caperucita desde la puerta-.

¡Tráeme algo para comer, estoy hambrienta! La abuelita, desconcertada por el comportamiento de su nieta, trató de hablar con ella, pero Caperucita la interrumpió con impaciencia. En ese momento, el señor Lobo llegó a la puerta de la casa.

- Hola, señorita Caperucita -dijo el lobo con amabilidad-. Traigo unas deliciosas galletas para ti y tu abuelita. Caperucita, sin pensarlo dos veces, le arrebató la canasta al lobo y entró en la casa. Tantísimo fue su apuro que ni siquiera agradece al señor Lobo.

Después de un momento, la abuelita llamó a Caperucita a su habitación. - Caperucita, he notado que has estado muy mal educada y falta de respeto. Nadie merece ser tratado como lo has hecho.

Caperucita, sorprendida por las palabras de su abuelita, comenzó a reflexionar sobre su actitud. Finalmente, decidió disculparse con el señor Lobo y empezar a tratar a los demás con cortesía y respeto.

Desde ese día, Caperucita moderna se convirtió en una niña amable y considerada, haciendo amigos en el bosque y siendo respetuosa con su abuelita. A partir de ese momento, entendió que el respeto y la amabilidad eran valores que debía tener siempre presentes.

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