Un Cambio para el Mundo



Había una vez un niño llamado Santiago, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de naturaleza.

Un día soleado, Santiago decidió ir al parque Camba cua junto a su hermana Julieta, sus papás Matías y Agostina, sus dos perros Mora y Coco, y su gatito bebé llamado Tili. Al llegar al parque, Santiago se emocionó al ver las grandes áreas verdes y los juegos que había para divertirse.

"¡Vamos a jugar!" exclamó Santiago mientras corría hacia el tobogán. Todos lo siguieron con alegría. Mientras jugaban, se dieron cuenta de que había mucha basura esparcida por el parque. Esto entristeció a Santiago y su familia.

"No podemos dejar nuestro querido parque así", dijo Matías con determinación. Decidieron hacer algo al respecto y comenzaron a reagarrar la basura del suelo. Pronto, otras personas se dieron cuenta de lo que estaban haciendo e incluso algunos niños se unieron para ayudar.

Juntos lograron limpiar todo el parque. Después de la limpieza, todos se sentaron en una gran manta bajo la sombra de un árbol para descansar y disfrutar de un picnic. "Estoy orgulloso de ustedes", dijo Agostina sonriendo a sus hijos.

Santiago miró a su alrededor y vio cómo los árboles danzaban con el viento mientras los pájaros cantaban melodías alegres. Se dio cuenta del importante papel que juega cada uno para cuidar el medio ambiente.

"¿Sabían que si no tiramos basura en lugares adecuados podemos dañar a los animales y plantas?", preguntó Santiago a su familia. Todos asintieron con la cabeza.

Santiago continuó explicando: "Los animales pueden confundir la basura con comida y enfermarse, además, si no cuidamos las plantas, el aire se llenará de contaminantes y eso nos hará daño a todos". Julieta añadió emocionada: "¡Podemos hacer muchas cosas para cuidar nuestro planeta! Podemos reciclar, ahorrar agua y energía, usar menos plástico... "Matías sonrió y dijo: "Exacto, pequeña Julieta.

Cada acción que tomamos cuenta. Si todos hacemos nuestra parte, podemos tener un mundo más limpio y saludable". La tarde continuó llena de risas y juegos en el parque Camba cua.

Santiago se sentía feliz de haber aprendido algo tan importante junto a su familia. Sabía que podían marcar la diferencia al cuidar el medio ambiente. Al final del día, cuando regresaron a casa con Mora, Coco y Tili, Santiago miró por la ventana hacia el parque.

Estaba ansioso por volver mañana y seguir haciendo del mundo un lugar mejor para todos.

Y así fue como Santiago descubrió que no importa cuán pequeño sea uno o qué edad tenga, siempre puede hacer una gran diferencia en el mundo si se preocupa por él.

FIN.

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