Un comienzo en Villa Feliz



En un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, vivía un niño llamado Timoteo. Era un niño curioso, amante de la naturaleza y los animales.

Timoteo estaba por comenzar el jardín de infantes y sentía una mezcla de nervios y expectativas. El primer día de clases, Timoteo se levantó temprano, desayunó con su mamá y se vistió con su uniforme escolar. Estaba tan ansioso que apenas podía contener la emoción.

Al llegar al jardín de infantes, vio a otros niños corriendo y riendo en el patio. Se acercó tímidamente a su maestra, la señorita Laura, quien lo recibió con una sonrisa cálida. "¡Hola Timoteo! ¿Estás listo para empezar este nuevo año escolar?", preguntó la señorita Laura.

Timoteo asintió con timidez, mirando a su alrededor con curiosidad. Pronto comenzaron las clases y Timoteo descubrió un mundo lleno de colores, letras y números.

A medida que pasaban los días, se fue integrando más con sus compañeros y perdiendo el miedo inicial. Un día, durante el recreo, uno de sus compañeros encontró un pajarito herido en el patio. Todos los niños se aglomeraron alrededor sin saber qué hacer.

Timoteo sintió tristeza al ver al pajarito indefenso en el suelo. "¡Debemos ayudarlo!", exclamó Timoteo decidido. La señorita Laura les explicó cómo cuidar al pajarito herido y entre todos prepararon una caja con algodón para mantenerlo abrigado hasta que pudieran llevarlo a un veterinario.

El gesto solidario de Timoteo inspiró a sus compañeros a colaborar juntos para salvar al pequeño pájaro. Con el paso del tiempo, Timoteo se convirtió en uno de los niños más queridos del jardín de infantes.

Su alegría contagiosa y su espíritu solidario lo hacían destacarse entre los demás. Aprendió nuevas cosas cada día, jugó mucho en el patio y construyó grandes amistades que perdurarían en el tiempo.

Al finalizar el año escolar, hubo una gran fiesta para celebrar todo lo aprendido y vivido juntos. Los padres de Timoteo estaban orgullosos de todo lo que había logrado su hijo en ese primer año escolar.

Timoteo comprendió que no había motivo para tener miedo o estar nervioso cuando se trata de enfrentar nuevos desafíos; siempre hay oportunidades para aprender algo nuevo y crecer como persona.

Y así fue como Timoteo comenzó su camino educativo con valentía y determinación, sabiendo que cada experiencia le traería nuevas enseñanzas e inolvidables recuerdos en Villa Feliz.

FIN.

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