Un Corazón Compartido
En un pequeño pueblo lleno de risas y juegos, vivían dos mejores amigas, Lila y Sofi. Desde que tenían memoria, hacían todo juntas: iban a la escuela, jugaban al aire libre y compartían secretos. Pero había algo que nunca habían discutido: sus sentimientos por los chicos que les gustaban.
Un día soleado, mientras Lila y Sofi jugaban a la pelota en el parque, Lila vio a Tomi, un chico del barrio que siempre le había parecido simpático. Lila se sonrojó y dijo:
"Mirá, Sofi, ahí está Tomi... ¿No es simpático?"
"Sí, es muy lindo. Me gusta su sonrisa", respondió Sofi, sin saber que Lila se había enamorado de él.
Lila sintió que su corazón se rompía un poco, pero decidió no decir nada. A la tarde, mientras charlaban, Sofi le confesó:
"La verdad, Lila, me gusta Tomi. ¿Te gustaría ayudarme a hablarle?"
"Eh... sí, claro", contestó Lila, con un nudo en la garganta.
Lila pensó que era lo mejor. No quería que su amiga pasara un mal momento. Así que las dos planearon un encuentro en el parque para hablar con Tomi. Al día siguiente, llegaron al parque con muchos nervios. Cuando vieron a Tomi, Sofi se animó y se acercó a él:
"Hola, Tomi. ¿Te gustaría jugar a la pelota con nosotras?"
"¡Claro! Suena divertido", respondió Tomi, sonriendo.
Mientras jugaban, Lila observaba desde un costado, tratando de no dejar que la envidia la consumiera. Todo iba bien hasta que Sofi le preguntó a Tomi:
"¿Te gustaría salir a tomar un helado con nosotras mañana?"
"Me encantaría", respondió Tomi.
Lila sentía que el tiempo se detenía. Cuando Sofi y Tomi comenzaron a conocerse mejor, Lila decidió que era hora de hablar con Sofi. Se fueron a dar un paseo por el parque y Lila se armó de valor:
"Sofi, ¿puedo hablarte de algo?"
"¡Claro! ¿Qué pasa?"
"El tema es que… a mí también me gusta Tomi".
Sofi la miró sorprendida y dijo:
"¿De verdad? No sabía que te gustaba. ¿Por qué no me dijiste antes?"
"No quería arruinar nuestra amistad y pensé que sería mejor para vos...".
Sofi hizo una pausa y luego respondió:
"Entiendo, pero creo que deberíamos hablar con Tomi juntas. No quiero que esto nos separe. Somos amigas antes que nada".
Lila sintió un alivio inmenso. Juntas decidieron que lo mejor sería ser honestas con Tomi. Así que al día siguiente, volvieron al parque.
"Tomi, nosotros queremos hablarte de algo", empezó Lila, un poco nerviosa.
"¿Sí? ¿Qué pasa?"
"Bueno, las dos estamos interesadas en vos y no queremos que esto arruine nuestra amistad. Así que queríamos saber qué pensás", dijo Sofi, mirando a Tomi.
Tomi, sorprendido, se quedó en silencio un momento y luego respondió con una gran sonrisa:
"Wow, no sabía que les gustaba. Ustedes son geniales. Pero también creo que es importante que uustedes sean felices. Yo no quiero herir a ninguna de las dos".
Las chicas se miraron y sintieron que su amistad estaba en el centro de todo. Por eso, decidieron no dejar que un chico las separara y siguieron conversando. Al final, Tomi les propuso algo diferente:
"¿Qué les parece si nos seguimos conociendo los tres? Podríamos ser amigos y ver cómo se siente cada uno en el grupo".
Lila y Sofi aceptaron. A lo largo del tiempo, se dieron cuenta de que la amistad era más fuerte que cualquier amor que pudieran sentir. Disfrutaron de muchas aventuras juntos, compartieron risas y secretos, y cada vez que alguna de las chicas se sintió celosa, hablaban entre ellas para resolverlo.
Así, en su pequeña burbuja de amistad, aprendieron que no hay nada más valioso que ser sinceras y apoyarse mutuamente. La historia de Lila, Sofi y Tomi mostró que, a veces, el amor puede ser también una gran amistad, un amor compartido por todos.
Y así, el sol se ponía sobre el parque, con risas y buenos momentos compartidos, dejando una lección más que importante: lo esencial es cuidar las amistades y ser honestos sobre nuestros sentimientos.
FIN.